Aunque las separaciones masivas de familias han cesado, cientos de niños continúan en Estados Unidos separados de sus padres tras la política migratoria estadounidense más dura de las últimas décadas.
Mientras el Gobierno intenta delegar la responsabilidad de reunir a los niños con sus familias a grupos humanitarios, es un misterio cuándo -y cómo- estos 572 niños volverán a ver a sus padres. Muchos de ellos corren el riesgo de quedar “huérfanos” en Estados Unidos.
“Nos quedan los casos más difíciles”, afirma la directora del programa de justicia y derechos migratorios de la Comisión del Refugio de Mujeres, Michelle Brané. “Mi temor es que pareciera que el gobierno se ha lavado las manos en algunos aspectos y dicen ‘ya hemos hecho todo lo posible’”.
Más de 1.900 familias han sido reunificadas, pero recientemente el Gobierno hizo enfadar al juez Dana Sabraw al sugerir que el American Civil Liberties Union (ACLU) y otros grupos que trabajan por los derechos de los inmigrantes deberían hacerse responsables de reunir a las familias que faltan, que incluyen a 410 padres que están fuera de los Estados Unidos mientras que sus hijos continúan bajo custodia del Departamento de Sanidad estadounidense.
“La realidad es que por cada padre que no se puede localizar, habrá un niño huérfano de forma permanente y eso es 100% responsabilidad de este Gobierno”, remarcó Sabraw. Sabraw, que fue designado por George W Bush en 2003, le ordenó al gobierno que eligiera una persona o grupo de personas para encargarse de la reunificación de esas familias, como parte de la demanda iniciada por ACLU contra el gobierno de Trump.
Pero la reunificación de familias es una tarea enorme. “Había tres agencias y cada una tenía su sistema. Cada una tenía un jefe distinto y no se comunicaban entre sí”, afirmó Sabraw en una audiencia judicial del 27 de julio. “En el proceso, lo que se perdieron fueron las familias. Los padres no sabían dónde estaban los niños y los niños no sabían dónde estaban sus padres. Y el Gobierno tampoco sabía nada”.
El Washington Post dejó en evidencia hasta qué punto las agencias no estaban preparadas para gestionar las separaciones cuando reveló que los agentes de Protección de Fronteras y Aduanas habían inventado una categoría para estas familias –“unidades familiares borradas”– porque las bases de datos no tenían una clasificación para los niños que habían sido separados de sus padres. Esa información fue compartida con el Departamento de Sanidad, que tampoco tiene una clasificación para este grupo. Así que los funcionarios comenzaron a estudiar los archivos de los niños a mano, según el informe.
Hay 572 niños separados
De las familias que quedan por reunir que aparecen en la demanda, 572 niños fueron clasificados por el gobierno como no aptos para la reunificación, incluyendo a 34 niños cuyos padres cedieron el derecho a ser reunificados, 57 cuyos padres han sido clasificados con una “bandera roja” y 68 cuyos padres han sido liberados dentro de Estados Unidos.
Cada una de estas categorías es una preocupación para los abogados y los defensores, que alegan que los padres fueron presionados a aceptar la deportación sin sus hijos o a ceder los derechos de reunificación, o son analizados con criterios más estrictos de lo habitual para aplicarles la “bandera roja”. Tampoco saben cómo avanzar en los casos de niños que están bajo custodia del gobierno estadounidense pero no se han localizado a los padres, que quizás prefieren que sus hijos permanezcan en Estados Unidos por razones de seguridad.
El ACLU, que presentó la demanda contra el Gobierno de Trump en marzo, ha pedido en varias oportunidades más información al gobierno sobre estas personas y dicen que no pueden hacer mucho más sin esa información. “Cada día que el Gobierno no entrega esta información es un día más de sufrimiento de estas familias”, afirmó el abogado del ACLU Lee Gelernt.
Los niños que no han sido reunificados con sus padres están en refugios del Departamento de Sanidad, a la espera de ser puestos bajo el cuidado de otros padres, familiares cercanos u otros cuidadores.
Estos refugios normalmente reciben a los menores de edad que cruzan la frontera solos con la intención de reunirse con sus padres o familiares en Estados Unidos, y a los niños que son separados de sus padres porque el gobierno considera que el adulto representaba un riesgo para el bienestar del menor.
Sin embargo, la política del Gobierno de Trump ha cambiado las cosas y ahora estos refugios también reciben a niños que cruzaron la frontera con sus padres. Como estos niños han sido separados de la persona a la que normalmente se buscaría en Estados Unidos para la reunificación, sigue siendo un misterio con quién acabarán.
Traducido por Francisco de Zárate