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Reformistas y moderados consiguen una inesperada victoria en Irán

El presidente iraní, Hasan Rohani, en el momento en el que votó el pasado viernes.

The Guardian

Saeed Kamali Dehghan (Londres), Ian Black (Teherán) —

Los fundamentalistas han recibido un golpe humillante en Irán. Los candidatos apoyados por los reformistas en las disputadas elecciones del viernes parecen haber logrado una amplia victoria en Teherán, y una combinación de moderados e independientes afines al presidente Hasan Rohani están en cabeza en las diferentes provincias.

Es probable que una coalición de candidatos apoyados por los reformistas, apodada “la lista de la esperanza”, se haga con el total de los 30 escaños correspondientes a la capital del país, según el último recuento hecho público por el Ministerio del Interior. Es un resultado sorprendente, considerado como un fuerte voto de confianza para el programa moderado de Rohani. Encabeza la lista Mohamad Reza Aref, reformista comprometido que estudió en la universidad estadounidense de Stanford.

Los resultados preliminares para la Asamblea de Expertos, el órgano responsable de designar al próximo líder supremo, muestran al ayatolá Akbar Hashemí Rafsanyani, aliado clave de Rohani, a la cabeza de la contienda. Las elecciones a esa institución suelen pasar desapercibidas, pero esta vez han atraído mucha atención por la edad del líder actual, el ayatolá Alí Jamenei: 76 años. Jamenei y Rafsanyani, notorio pragmático a quien no permitieron presentarse a la presidencia en 2013, se han mostrado en desacuerdo en los últimos años.

Si los resultados finales coinciden con los números iniciales habrá un cambio evidente en el panorama político iraní, con los moderados al frente y los radicales a un lado. Un gran avance de los partidarios de Rohani podría ayudar a promover una mayor apertura a Occidente, limitar los avances políticos de los conservadores en el país y garantizarle un segundo mandato el año que viene.

Se espera que hasta 20 mujeres lleguen al Parlamento, un récord en Irán. Entre ellas está la candidata reformista Parvaneh Salahshori, que hace poco dijo en una entrevista en un medio extranjero que las mujeres deberían poder decidir si llevar el hiyab o no. Este es un tema tabú en la República Islámica.

“Una nueva atmósfera”

Aunque ninguna de las facciones competidoras llegaría a tener la mayoría de los 290 escaños del Majlis (Parlamento), se espera que una combinación de los candidatos apoyados por los reformistas, incluyendo a algunos conservadores moderados y a independientes aliados con Rohani, supere a los conservadores.

Rohani afirmó en Twitter que mantenía la cabeza alta y que la gran participación crea “una nueva atmósfera” en el país. Otra cuenta de Twitter que se cree que gestiona el equipo de Rafsanyani aseguró que dijo que nadie podría oponer resistencia a la voluntad del pueblo. “Aquellos que no hayan recibido el favor de la gente deberían irse”, dice el tuit.

Según informó después la agencia estatal de noticias IRNA, Rafsanyani hizo un llamamiento a la unidad nacional: “La competición ha acabado y ha llegado la fase de la unidad y la cooperación”, manifestó. “Después de las elecciones es el momento de trabajar duro para construir el país”.

Los reformistas han tomado la delantera no porque tengan más candidatos que vayan a entrar en el Parlamento –a muchos se les impidió presentarse– sino por las alianzas con candidatos de otras familias que han tenido éxito. Entre los apoyados por los reformistas está Alí Motahari, conservador en lo cultural pero aliado de los moderados en lo político, que ocupa el segundo lugar en el reparto de escaños de Teherán, solo detrás de Aref. Otra figura conservadora vista como afín a Rohani es Alí Larijani, el actual presidente del Parlamento. Este político parece ganar en Qom, una ciudad de santuarios que durante mucho tiempo ha sido un bastión conservador.

Un apoyo parlamentario mayor fortalecería a Rohani. Sin embargo, las decisiones estratégicas más importantes, como la implicación de Irán en el conflicto sirio, siguen en manos del ayatolá Alí Jamenei, que tiene la última palabra en el sistema político híbrido de Irán.

La victoria reformista es un éxito para Mohamad Jatamí, el expresidente iraní considerado el máximo líder del movimiento reformista del país. En los últimos años se ha restringido mucho su movimiento y sus actividades, pero está liderando desde la sombra. Los medios iraníes tienen prohibido mencionar su nombre o mostrar su imagen.

El expresidente difundió en Internet al principio de la campaña un vídeo en el que instaba a los activistas políticos a unirse en torno a “la lista de la esperanza”. Su petición de apoyo ayudó a generar un gran impulso. El principal líder opositor, que está bajo arresto domiciliario, y numerosos prisioneros políticos de relevancia también enviaron mensajes en los que pedían el voto para la lista.

Golpe para los ultraconservadores

Los candidatos que parecen haber perdido sus escaños en las dos instituciones políticas son tan reveladores como los que está previsto que ganen. Gholam Alí Hadad Adel, fundamentalista próximo a Jamenei y cabeza de la lista de candidatos “principalistas”, está a punto de salir del Parlamento. En la disputa por la Asamblea, se espera que pierdan al menos dos ayatolás ultraconservadores, Mohamad Taghi Mesbah Yazdi y Mohamad Yazdi, el presidente actual.

Estas fueron las primeras elecciones desde el relevante acuerdo nuclear iraní del pasado verano y el levantamiento de las sanciones de mediados de enero. La campaña, corta y controlada cuidadosamente –marcada por el veto previo de cientos de candidatos– estuvo dominada por el estado de la economía, que ha mejorado en los últimos meses aunque pocos éxitos tangibles han llegado a la gente de a pie.

“Los reformistas y moderados han logrado hacerse por lo menos con un tercio de los escaños”, valora Sadegh Zibakalam, profesor de política de la Universidad de Teherán. El éxito de Rafsanyani en la Asamblea es muy importante: “No podemos decir que los ultraconservadores hayan sido derrotados, pero los conservadores no pueden decir que recibieran un amplio mandato”, añade.

La forma exacta del próximo parlamento tardará en conocerse. Como se vetaron tantos reformistas e independientes, muchos candidatos son desconocidos para la sociedad y las líneas de los partidos y las afiliaciones se han vuelto borrosas: varios líderes conservadores influyentes ahora apoyan a Rohani. “Algunos de ellos son como sandías”, señala el comentarista político reformista Saeed Laylaz. “Hasta que no las abres, no sabes lo que hay dentro”.

Traducido por: Jaime Sevilla

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