Promover la unidad dentro de la Unión Europea no suele ser tarea fácil para quien preside la Comisión Europea, pero al menos Ursula von der Leyen ha logrado en los últimos días aunar a dos inesperados aliados.
Cuando la semana pasada Jean-Claude Juncker, su antecesor al mando de la Comisión, apuntaba contra la fallida estrategia de vacunación de la Unión Europea, el luxemburgués recibió un tuit de reconocimiento de Dominic Cummings, ex asesor jefe de Boris Johnson y principal arquitecto del Brexit.
“Juncker no es tonto. Lleva razón”, escribió el ex estratega del divorcio entre el Reino Unido y Europa. “Y si la Comisión, que se está desmoronando, no escucha, el Reino Unido no debe entrar en el ojo por ojo sino hacer una propuesta generosa a los líderes de la UE para los ciudadanos europeos. Esto traerá años de buenas voluntades y buenas políticas, y la Comisión cederá poco después”.
No es muy probable que Von der Leyen se quede sin dormir por las críticas que recibió. Respecto de las palabras de Juncker, fuentes cercanas al ex presidente dicen que su objetivo no era criticar a Von der Leyen sino a los estados miembros de la UE.
Los problemas con la vacunación en la UE son “fracasos de todos los estados miembros”
Aunque Juncker pide a su sucesora que abandone la “estúpida guerra de las vacunas” con el Reino Unido y ha criticado el plan demasiado cauteloso y austero para el abastecimiento de vacunas, también rechaza las llamadas a la dimisión de Von der Leyen. “Estos no son fracasos de la Comisión. Son fracasos de todos los estados miembros, por eso no creo que ayude mucho prescindir de la señora Von der Leyen”, dijo Juncker en el programa de entrevistas Hard Talk de la BBC.
Sin embargo, los críticos dentro de la Comisión aseguran que las críticas de Juncker “no tienen precedentes”. Muchas personas en Bruselas lo han visto como un reflejo del creciente malestar que sienten algunos estados miembros, tanto dentro de la institución como de los gobiernos, respecto del trabajo que ha hecho Von der Leyen.
Ya se esperaba que la pandemia sería difícil para la Comisión Europea, que carece del poder fiscal y la autonomía de acción de una nación estado. “Ya estamos cansados de ser el chivo expiatorio”, dijo Von der Leyen en una entrevista reciente. Pero desde enero se ha embarcado en una amarga disputa con la empresa anglo-sueca AstraZeneca, y de paso con el Gobierno británico, por la escasez de vacunas en la UE, que culminó la semana pasada con un aumento de los poderes del bloque para bloquear exportaciones.
Sus colaboradores señalan la necesidad de presionar a una empresa que ha incumplido por mucho su promesa de entregar 120 millones de dosis de la vacuna este trimestre (se espera que solo llegue a entregar 30 millones) y la necesidad de enfrentarse al Reino Unido por su negativa a exportar las vacunas fabricadas en las plantas que la empresa tiene en Oxford y Staffordshire.
Sin embargo, otros cuestionan el tono de las comunicaciones de la Comisión y el posterior foco en la ausencia de exportaciones desde Reino Unido, un país con una población equivalente a un séptimo de la población de la UE, y con una producción de vacunas pequeña e irregular. Durante el primer trimestre del año, AstraZeneca solo entregó al Reino Unido un tercio de las vacunas que se había comprometido a proveer.
Los diplomáticos se quejan de que Von der Leyen quizás esté demasiado preocupada por acallar a sus críticos dentro de la Unión Demócrata Cristiana, el partido alemán de centro derecha al que pertenecen ella y la canciller Angela Merkel, de cara a las elecciones federales de septiembre. En Alemania, el lento progreso de la vacunación se considera un factor decisivo a la hora de votar. El éxito británico ha sido protagonista en los medios de comunicación alemanes, como punto de comparación.
Excesivamente solitaria y desconfiada
Personas que han trabajado junto a Von der Leyen, que ha elegido vivir en un piso en la planta 13 de las oficinas centrales de la Comisión en Bruselas, dicen que su gestión es estrecha de miras al confiar solo en un pequeño grupo de personas: su jefe de gabinete Björn Seibert y su asesor de comunicación Jens Flosdorff, ambos alemanes. “Dormir en la oficina no ayuda a tomar buenas decisiones, sino que demuestra falta de perspectiva y tacto político”, dice una de estas personas.
Los acontecimientos de la semana pasada fueron una nueva fuente de irritación para algunos. La semana pasada, la Comisión publicó una normativa revisada para permitirle a la UE bloquear los pedidos de exportación de vacunas hacia países con mejor tasa de vacunación que la UE o donde, mediante contratos y leyes, se impida que las exportaciones y materias primas sean enviadas al bloque de 27 estados miembros.
La normativa revisada no había sido compartida con varias capitales, sino que llegó como un hecho consumado solo 24 horas antes de la cumbre de líderes. En el comunicado de la cumbre del jueves por la noche, los primeros ministros de Bélgica y Países Bajos, Alexander De Croo y Mark Rutte, insistieron en compromisos adicionales para abrir la cadena de suministros.
Esto llega tras la debacle por el intento frustrado de cerrar las exportaciones a través de la isla de Irlanda cuando se anunció la normativa original de autorización a las exportaciones. “Hemos notado que la Comisión tiene la costumbre de no consultarle algunas cosas a los estados miembros y varios de nosotros hemos manifestado nuestra preocupación”, dice un diplomático de alto nivel.
Von der Leyen “tiene la tarea especial de 'mantener feliz a Alemania'”
Jacob Funk Kirkegaard, investigador del think-tank German Marshall Fund en Bruselas, cree que el mayor error de Von der Leyen es perder la oportunidad de armar un “relato magnífico” sobre la apertura de la UE.
“Me parece que, fundamentalmente, ella parece tener problemas con la narrativa básica”, dice. “Intenta ser una especie de nacionalista de las vacunas que va a bloquear las exportaciones de la vacuna Pfizer aunque la empresa está cumpliendo con todo, una actitud como de escopeta recortada en la que tú disparas pero no sabes bien a qué le darás. Por otro lado, está el relato realmente bueno de la UE que se sacrifica por ayudar a proveer al mundo de vacunas”. Unos 77 millones de dosis de vacunas han sido exportadas desde plantas de estados miembros de la UE hacia 33 países.
Kirkegaard dice que el enorme aumento de suministro de Pfizer y otros proveedores, que entregarán otros 360 millones de dosis en junio, para añadirlos a los 100 millones de este trimestre, solo fue posible gracias a la política de mantener la UE abierta. Además, el bloque estará mejor preparado para responder ante las nuevas mutaciones de la COVID-19.
“Una verdadera líder hubiera transmitido ese relato”, dice. “Ella es la comisaria alemana, que es el mayor país de la UE. Tiene la tarea especial de ‘mantener feliz a Alemania’, así que está muy presionada por ese lado. Si miras los sondeos, hay mucha gente dentro de la Unión Demócrata Cristiana que se va a quedar sin empleo. Están buscando un chivo expiatorio y ella está en la primera línea de fuego”.
Sin embargo, según Kirkegaard, la batalla por las exportaciones ha sido “una tontería”. Él sugiere que Von der Leyen quizás tuvo la culpa al permitir que Boris Johnson lograra irritarla. “Reino Unido es un productor de vacunas muy pequeño, y siempre será así. Uno de los mayores errores de comunicación fue decir que los suministros de AstraZeneca bajaron en la UE porque subieron en el Reino Unido, lo cual es absurdo”, dice.
“Piensan en Reino Unido como si estuviera al mismo nivel que la UE, cuando no es así. En términos de la producción de vacunas, es un ratón y la UE está próxima a convertirse en el mayor productor del mundo… Creo que deberían dejar de leer el Daily Mail”.
Traducido por Lucía Balducci