Más de 100.000 tripulantes de cruceros siguen encerrados en barcos por todo el mundo
Mientras la mayoría de los pasajeros de cruceros ya ha vuelto a tierra, más de 100.000 personas pertenecientes a su tripulación siguen sin un refugio a la vista, con casos de coronavirus en al menos 50 de estos barcos, según una investigación de The Guardian. Muchos de estos tripulantes pasan la cuarentena en un camarote diminuto y a algunos los han dejado sin sueldo. No pueden acceder a puertos ni regresar en avión a sus casas. Abandonados en barcos desde las Islas Galápagos hasta el puerto de Dubai, se han convertido en una nación flotante.
La comunicación con el mundo exterior es mínima lo que dificulta la verificación de su estado. Pero la investigación de The Guardian ha confirmado que hay sospechas de coronavirus en al menos 17 de los tripulantes fallecidos, así como decenas de evacuaciones médicas para tripulantes que tuvieron que ser hospitalizados.
“Todos tenemos familia, todos queremos volver a casa”, dice uno los tripulantes a través de un mensaje por Internet. Lleva casi un mes recluido frente a la costa de América del Sur en su camarote del MSC Seaview y ya no le pagan. El tripulante, que solicitó la omisión de su nombre por temor a quedarse sin trabajo, explica que al principio les permitían moverse libremente por el barco y que los confinaron a sus camarotes después de que otro tripulante, ya desembarcado, diera positivo en la prueba de la COVID-19.
“No nos han dicho nada sobre la fecha en que vamos a volver a casa o sobre lo que se está haciendo para que los tripulantes puedan volver a casa”, lamenta. “Simplemente estamos en el camarote, como prisioneros”.
Un portavoz de la compañía afirma que “MSC Cruises ha tomado la difícil decisión de suspender temporalmente sus operaciones. Teniendo en cuenta que todos nuestros barcos han dejado de operar a nivel mundial debido a esta crisis sanitaria, hemos acordado de manera temporal relevar de sus funciones a la mayoría de nuestra tripulación y estamos trabajando para identificar y pagar los pasajes de avión de forma que todos y cada uno de ellos puedan regresar a casa de forma segura mientras dure la suspensión temporal de actividades”.
“A todos los que permanecen a bordo les estamos ofreciendo pensión completa y alojamiento gratuito, asignando a cada uno de ellos un camarote de invitados para uso individual. Hemos mejorado nuestro menú y les estamos proporcionando Internet gratis”, asegura.
Atrapados y sin derechos básicos
La mayoría de los trabajadores de la industria de cruceros procede de países en desarrollo como Filipinas, Indonesia y la India. Según Ross Klein, profesor del Saint John's College de Terranova y autor de cuatro libros sobre el sector, suelen cobrar entre 900 y 1.800 euros al mes por trabajar los siete días de la semana. En documentos revisados por The Guardian se constata que al menos una línea de cruceros ha dejado de pagar el sueldo a tripulantes atrapados a bordo.
Entre los fallecidos en abril, evacuados de sus barcos en Florida, figuran dos empleados de limpieza, un camarero y un guardia de seguridad. En Brasil murió un médico de un barco italiano tras ser trasladado en ambulancia desde el crucero Costa Fascinosa. En Uruguay murió un maquinista del explorador antártico Greg Mortimer, donde 128 de las 217 personas a bordo dieron positivo en las pruebas de coronavirus.
Muchos países, como es el caso de Estados Unidos, se niegan a proporcionar hasta los servicios de emergencia básicos para los tripulantes varados. Según el abogado especializado en Derecho Marítimo John Hickey, “algunas de estas tripulaciones están en tierra de nadie”. Los tripulantes no están pudiendo acceder a los derechos que les otorgan sus respectivas naciones, explicó, y en muchos casos se encuentran fuera de la jurisdicción de los países en los que navegan.
La mayoría de las compañías de cruceros están registradas en países con pocos impuestos y regulaciones, como Panamá o Liberia; y sus barcos tienen bandera de territorios como Bahamas o Bermudas, sin la preparación necesaria para atender a miles de tripulantes enfermos. Hickey afirma que se trata de “un problema grave”. “Estamos recibiendo llamadas continuamente. Los tripulantes siguen a bordo, no están contentos, están asustados”, asegura.
Hasta el 4 de abril, y según las estimaciones de la Guardia Costera de EEUU para aguas estadounidenses, había 93.000 tripulantes a bordo de los cruceros. De acuerdo con el análisis elaborado por The Guardian a partir de la página de seguimiento de barcos CruiseMapper y de los informes de medios, en más de 50 barcos se han detectado episodios de Covid-19 y hay decenas de miles de tripulantes varados además de los de aguas estadounidenses.
Fue 14 de marzo cuando suspendieron los cruceros en todo el mundo pero muchos puertos cerraron antes, lo que implica que hay tripulaciones que llevan meses atrapadas en el mar. Desde las asociaciones del sector argumentan que el cierre de los puertos, las prohibiciones de viajar y las restricciones a los vuelos están haciendo extremadamente difícil los intentos de repatriar a tripulantes prescindibles durante la pausa. Algunos países, incluida la India, han sellado casi sus fronteras por completo, incluso a sus propios ciudadanos.
“La industria se ha comprometido a pagar el traslado hasta casa de los pasajeros y de los tripulantes sin cobrar a los gobiernos”, dijo a The Guardian la Asociación de la Industria de Cruceros. “Las restricciones de vuelos y el cierre de puertos han creado algunas dificultades logísticas; pero ahora mismo estamos trabajando en eso. Estamos pidiendo a los puertos y a los gobiernos de todo el mundo que permitan a estos barcos atracar para que las personas a bordo puedan regresar a casa de forma segura y lo más rápidamente posible”.
Miles de tripulantes se han visto expuestos al coronavirus y muchos se han contagiado. Hay brotes desde la costa de Miami, donde al menos 9 tripulantes fueron evacuados del Royal Caribbean Oasis of the Seas; hasta los muelles de San Diego, donde tripulantes del Disney Wonder también se contagiaron del virus. En Francia, los trabajadores que prepaban el lanzamiento del flamante Celebrity Apex se infectaron de coronavirus incluso antes de que el barco transportara a sus primeros pasajeros.
Algunos barcos tienen suministros médicos pero pocos están equipados para gestionar el estallido de un brote serio. A bordo del MSC Seaview todos los tripulantes están obligados a usar mascarillla y guantes. En el barco hay al menos dos médicos cuidando a las personas a bordo con la ayuda de un equipo médico básico, una pequeña sala de emergencias y un laboratorio.
Según un portavoz de MSC Cruises, “todos los tripulantes actualmente a bordo están sanos y ninguno ha mostrado síntomas”. “El MSC Seaview tiene un centro médico completo a bordo, equipado y dotado de personal de acuerdo con las más exigentes y estrictas directrices internacionales. Seguimos ejecutando controles de salud y de temperatura periódicos para asegurar su salud”, asevera.
A bordo del Ruby Princess, que partió de Australia el jueves, los tripulantes señalaron la semana pasada su día 30 de cuarentena con un vídeo de agradecimiento a los trabajadores sanitarios que los han cuidado.
Sin embargo, los barcos no suelen tener respiradores y otros complejos equipos médicos necesarios para tratar el coronavirus. Por lo general, cuando hay una emergencia médica grave los pasajeros y los tripulantes son evacuados a hospitales en tierra. Pero durante esta pandemia, muchos países se están negando a aceptarlos.
Traducido por Francisco de Zárate
12