Avalancha de pasaportes irlandeses ante el temor del Brexit
El pasado fin de semana, justo antes de sentarse a ver el partido de rugby que enfrentaba a Irlanda e Inglaterra en el campeonato de las Seis Naciones, Kevin Warnes solicitó la renovación de su pasaporte irlandés. Aunque Warnes nació y ha vivido siempre en Inglaterra, y se considera “completamente inglés”, su madre es de Irlanda, lo que le permitió obtener la doble nacionalidad en los años 80, cuando era un chico joven que viajaba mucho por Europa.
Este profesor de Shipley, al oeste de Yorkshire, había dejado caducar su pasaporte irlandés. Pero, la posibilidad de que Reino Unido vote a favor de abandonar la Unión Europea en junio “me ha lanzado a la acción”, admite. “Tengo dos niñas y quiero que mantengan su ciudadanía europea. Quiero que puedan viajar, vivir y trabajar en una Europa libre de fronteras, para que exploren el mundo a su alrededor con la mayor libertad posible”.
Tan pronto como consiga de nuevo su pasaporte, Warnes solicitará la ciudadanía irlandesa también para sus hijas adolescentes. “No lo haría si no fuese por el Brexit”, reconoce.
Los datos que ha obtenido The Guardian sugieren que Warnes está lejos de ser el único. Según el departamento de Asuntos Exteriores irlandés, el número de ciudadanos británicos que piden un pasaporte irlandés recurriendo a su ascendencia ha aumentado rápidamente desde el año pasado, justo cuando el debate sobre la salida del Reino Unido se ha visto acentuado antes del referéndum de junio.
Entre 2014 y 2015, el porcentaje de adultos nacidos en Inglaterra, Escocia o Gales que pidió su primer pasaporte irlandés en base a la nacionalidad de sus abuelos aumentó más de un 33%, de los 379 a 507. Las solicitudes de las personas con uno o más padres irlandeses incrementaron un 11% en el mismo periodo, pasando de 3.376 a 3.736. Mientras que el año anterior, el total de peticiones en ambas categorías sufrió una ligera disminución.
Irlanda ofrece la nacionalidad automática a cualquiera con padres irlandeses, independientemente de dónde hayan nacido, mientras que los nietos de ciudadanos del país pueden obtenerla cuando se inscriban en el registro extranjero de nacimientos. Los bisnietos también pueden ser considerados, siempre y cuando exista un registro del nacimiento de sus padres. Se estima que casi seis millones de británicos tienen un abuelo natural de Irlanda.
Irlanda, incondicional de la UE
El caso de Irlanda del Norte es particular, donde nadie que haya nacido al norte de la frontera tiene el mismo derecho a reclamar su ciudadanía irlandesa que el resto de la isla. También allí, las primeras solicitudes de adultos para conseguir el pasaporte aumentaron un 14%, desde las 10.672 a las 12.159, entre 2014 y 2015. Tanto Irlanda como Gran Bretaña permiten a los ciudadanos poseer la doble nacionalidad.
Una portavoz del Gobierno irlandés asegura que los solicitantes del pasaporte no deben dar explicaciones, por lo que no se puede atribuir este incremento de peticiones a una sola causa.
Pero las pruebas sugieren que el riesgo de una salida del Reino Unido ha sido un factor decisivo para muchos. Irlanda es uno de los países más incondicionales de la UE y es muy improbable que no vote por abandonar la comunidad política, a pesar de las duras condiciones de austeridad que Bruselas impuso al país como parte del multimillonario rescate financiero de 2010.
Siobhan Mooney, natural de Londres, no ha estado nunca en Irlanda, pero confesó a The Guardian que ha decidido solicitar la nacionalidad en base a las raíces de su abuelo porque está “entrando en pánico” ante el Brexit. “Pensé que si consigo el pasaporte irlandés, aunque el Reino Unido sea expulsado, tendré cierta protección legal si quiero disfrutar libremente por Europa”. Mooney afirma conocer al menos otras dos personas que se están planteando lo mismo.
Glen O'Hara, profesor de historia moderna y contemporánea en la Universidad Oxford Brookes, dice que nunca ha considerado pedir la nacionalidad a través de su abuelo norirlandés, pero “está bien saber que existe un Plan B para los británicos que no quieran abandonar sus derechos como ciudadanos de la Unión Europea”. Admite que estaba menos preocupado por la utilidad de la libre circulación en el caso del Brexit -“nos uniremos al Espacio Económico Europeo y habrá controles fronterizos de todas formas”- que por el derecho de “mantener mi europeísmo”.
“Ahora mismo soy un ciudadano de la Unión Europea, me considero europeo y no creo que nadie tenga el derecho de arrebatarme eso. Así que estoy pensando en una ruta indolora para obtener una nacionalidad que garantice mi identidad y derechos en la UE, sea cual sea la decisión de los otros británicos”.
Traducción de Mónica Zas