Kiev respira más tranquila ante el anuncio de retirada de tropas rusas
Andriy, empleado de banca de 34 años y residente en Kiev, estaba muy contento este martes después de conocer el anuncio de que algunas tropas rusas habían empezado a retirarse de la frontera con Ucrania. En primer lugar, porque la declaración de Moscú parecía reducir la amenaza de un ataque frontal de Rusia contra la capital ucraniana. En segundo, porque significaba la posible victoria de Andriy en una apuesta con su hermana.
La mayoría de los lugareños están viviendo su día a día con normalidad.
“[Mi hermana] cogió el sábado un avión a Polonia con sus hijos porque había leído sobre todas estas amenazas de guerra, pero yo no creía en eso, y además quería quedarme porque tenía hora reservada para cortarme el pelo”, contaba Andriy mientras daba un paseo bajo el sol en la céntrica calle Khreshchatyk. “Habíamos hecho una apuesta sobre si los rusos atacarían o no”, dijo.
Aunque les preocupara la acumulación de fuerzas militares rusas cerca de la frontera de Ucrania, muchos habitantes de Kiev han compartido en los últimos días el escepticismo de Andriy mientras EEUU les decía que sus vidas estaban a punto de verse alteradas por los bombardeos y los tanques entrando al país.
Las noticias de diplomáticos estadounidenses destruyendo equipos y triturando documentos en la embajada antes de huir de Kiev hacían pensar en la evacuación desesperada de ciudades en llamas y a punto de caer. Y esas imágenes no casan con el ambiente de tranquilidad que ha reinado en los últimos días en la mayor parte de la capital ucraniana.
“No creemos lo que oímos, solo lo que vemos”
Este lunes por la noche, los bares y restaurantes de Kiev estaban llenos de parejas celebrando el día de San Valentín. A lo largo de todo el martes, las calles estaban llenas de gente haciendo su vida cotidiana.
“Kiev está en calma. La moneda nacional, estable. Los restaurantes y los supermercados, llenos. La ausencia de diplomáticos se compensa con la abundancia de periodistas”, escribió en Twitter el ex diplomático ucraniano Olexander Scherba.
Periodistas de diarios y de televisiones de todo el mundo han viajado en las últimas semanas a Kiev esperando el ataque ruso que hacían temer el despliegue de soldados de Putin y la información de los briefings de la Casa Blanca. Aunque el Gobierno ucraniano aún no ha bajado la guardia, el anuncio de Moscú del martes de retirar algunas tropas de la frontera ha hecho que ese escenario parezca menos probable.
“En Ucrania tenemos una regla: no creemos lo que oímos, creemos lo que vemos. Si a estas declaraciones le sigue una retirada real, creeremos en el comienzo de una desescalada real”, escribió en Twitter el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.
Pero incluso si hay retirada, el martes por la noche llegaron noticias de un posible ataque de piratería informática contra varios bancos ucranianos y contra la web del Ministerio de Defensa. Un recordatorio de que la ofensiva de Rusia contra Ucrania lleva ya un tiempo en marcha y es probable que continúe.
En caso de ataque, preparados
Los líderes ucranianos siempre han creído más probable un ataque desordenado y gradual de este tipo y no el escenario de guerra total del que habla la Casa Blanca. Durante la aparente calma de los últimos días, muchos residentes de Kiev hicieron planes de contingencia ante la insistencia de los telediarios locales en la posibilidad de una acción rusa.
El alcalde de Kiev, Vitaly Klitschko, anunció este lunes que el Ayuntamiento estaba trabajando para garantizar la continuidad del suministro de electricidad, calefacción y agua en caso de incursión militar.
El Ayuntamiento de Kiev publicó un mapa con 4.500 posibles refugios antibombas en caso de un ataque contra la ciudad. Entre ellos había tiendas, bares, estaciones de metro y hasta un club de striptease. Todos han prometido dar refugio a los vecinos si hay un ataque aéreo. Algunas personas compraron agua y comida por si se quedaban atrapadas en casa durante días.
Muchos diplomáticos extranjeros han sido enviados de vuelta a sus países o evacuados a Leópolis, en el oeste de Ucrania. Pero otros residentes extranjeros de Kiev han decidido ignorar las advertencias apocalípticas de sus embajadas, que les conminaban a irse inmediatamente de Ucrania.
“Por ahora me quedo, esta es una ciudad enorme, incluso si los rusos empiezan algo, no veo que sea demasiado peligroso quedarse aquí”, dijo Bryan, un empresario estadounidense de 48 años que lleva cuatro años viviendo en Kiev. “Me parece un poco extraño que nuestros diplomáticos hayan huido tan rápidamente”, añadió. “Esa embajada es como una fortaleza, dentro seguramente hay un lugar seguro para estar”.
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