Las muertes por terrorismo en Europa occidental han disminuido desde los años noventa
La escalada de violencia que Europa occidental está sufriendo este verano ha horrorizado tanto a europeos como al resto del mundo, pero si ponemos en contexto histórico y mundial las cifras y los titulares de prensa, aportan una perspectiva diferente sobre la proliferación mundial del terrorismo y sus víctimas.
Según los datos de la Global Terrorism Database (GTD), desde 2012 ha habido un fuerte aumento de las muertes por ataques terroristas en todo el mundo. Sin embargo, en Europa occidental la cantidad de fallecimientos por este motivo ha disminuido desde principios de los noventa.
“Las cifras indicarían que, en general, el terrorismo representa una amenaza mucho menor ahora que en aquella época”, explica el profesor de sociología de la Universidad de Bath David Miller. “Me parece que le prestamos más atención porque ocurre aquí en Europa occidental y no en otro lado. Se sabe que hay mucha más gente que muere fuera de Occidente pero nosotros simplemente no pensamos en ellos porque son 'personas sin importancia'”, señala, “tienen especialmente poca importancia cuando son asesinadas por nuestros aliados, y no a manos de nuestros enemigos; eso es un problema de siempre”.
Las muertes ocasionadas por el terrorismo han aumentado en gran cantidad en todo el mundo desde 2012. En Europa occidental, la mayoría de las muertes durante los ochenta y los noventa fueron, por lo general, causadas por atentados terroristas locales dirigidos por grupos como el Ejército Republicano Irlandés (IRA); o sucesos excepcionales con una gran cantidad de víctimas, como el atentado de Lockerbie en 1988.
En la actualidad, lo que Europa occidental está sufriendo es un mayor número de atentados pero con menos víctimas. Aparte de atrocidades como la de París en noviembre, cuando 136 personas perdieron la vida en una serie de ataques coordinados, los actos de violencia que han estallado por toda Europa han dejado por lo general una menor cantidad de muertes que los asesinatos masivos de los años ochenta.
El IRA y otras organizaciones terroristas de esa época tenían como único objetivo a Reino Unido. Ahora el Estado Islámico inspira a una ola de yihadistas de todo el mundo a cometer actos violentos. Los posibles orígenes y objetivos del terrorismo son mucho más amplios ahora que en los ochenta y en los noventa.
Pero la pregunta sobre qué se considera terrorismo es, en sí misma, compleja. Hay más de 200 definiciones de terrorismo. Por eso, la cifra de personas muertas en actos de terrorismo es refutada a menudo.
“Es un tema de estrategia política. Por supuesto, en un debate académico se podría llegar a un acuerdo para definir al terrorismo. El problema es que (la palabra) se emplea como una forma de denunciar el tipo de violencia que se desaprueba”, explica Miller.
Los datos de la GTD, la fuente más completa de estadísticas sobre terrorismo en el mundo, son recopilados a partir de datos públicos por académicos de la Universidad de Maryland. Pero no todos están de acuerdo con su metodología: no incluyen, por ejemplo, las muertes de civiles provocadas por la violencia estatal, como las ocasionadas por las fuerzas británicas en Irlanda del Norte o por las fuerzas aliadas en Irak.
“El problema con los estudios del terrorismo en el mundo académico es que, después de todos estos años, de las décadas de los setenta y los ochenta, nadie sabe aún por qué las personas se levantan en armas”, señala Miller. “Eso se debe a que no quieren ponerlo en el contexto más amplio de las acciones de los Estados... Es difícil entender cómo ocurren estas cosas a menos que se vean dentro del contexto más amplio de la geopolítica”, explica.
Traducción de Francisco de Zárate