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The Guardian en español

Musk amenaza con demandar a la Liga Antidifamación “por la pérdida de ingresos” tras las denuncias por antisemitismo en X

El dueño de X, Elon Musk.

Dan Milmo

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Tras acusar a la Liga Andifamación de pretender “acabar” con su red social X, antes conocida como Twitter, Elon Musk ha amenazado con demandar a la organización creada en Estados Unidos para defender los derechos civiles y luchar contra el antisemitismo y la intolerancia.

El propietario de la red social X, antes conocida como Twitter, dijo que la Liga Andifamación (ADL, por sus siglas en inglés) estaba tratando de terminar con su empresa, “acusándonos falsamente, a ella y a mí, de ser antisemitas”.

En una serie de posts publicados en X, Musk dijo que los ingresos por publicidad de la compañía habían bajado un 60%. “Por lo que hemos escuchado de los anunciantes, la ADL parece ser la responsable de la mayor parte de nuestra pérdida de ingresos”, escribió.

El hombre más rico del mundo añadió que demandaría al grupo por difamación. “Parece que no nos queda más remedio que presentar una demanda por difamación contra la Liga Antidifamación... ¡qué ironía!”, escribió en X.

Musk demandó hace poco al Center for Countering Digital Hate (CCDH), otro organismo de lucha contra los discursos de incitación al odio, por dañar la relación entre X y sus anunciantes. El CCDH ha respondido que se resistirá a la demanda y que seguirá “poniendo a Twitter contra las cuerdas”.

Para ser “superclaro”, Musk añadió en sus mensajes del martes que estaba en favor de la libertad de expresión “pero en contra de cualquier tipo de antisemitismo”.

La ADL se describe a sí misma como la principal organización del mundo en la lucha contra los discursos de odio y dice que su misión es “ponerle fin a la difamación del pueblo judío y garantizar que haya justicia y un trato justo para todos”.

Según la ADL, los mensajes antisemitas registraron un aumento drástico en X tras su adquisición por parte de Musk, en octubre de 2022, el reingreso a la red social de extremistas y divulgadores de teorías de la conspiración, y el acoso permitido contra los ex miembros del disuelto consejo de confianza y seguridad de la plataforma.

Según una persona con conocimientos jurídicos, aunque la legislación estatal permita a Musk intentar la demanda por difamación, es poco probable que tenga éxito. “Que alguien sea o no antisemita es fundamentalmente un tema de opinión, algo que está protegido por la libertad de expresión”, dijo Jennifer Safstrom, profesora de la facultad de Derecho en la Universidad de Vanderbilt. “Las amenazas de litigio de Elon parecen ser un intento de disuadir a ADL de seguir perpetuando un mensaje que no le agrada”, añadió.

La directora ejecutiva de X, Linda Yaccarino, había dicho en agosto que la red social era un lugar más seguro desde la adquisición de Musk. “De acuerdo con todos los parámetros objetivos, X es ahora una plataforma mucho más sana y segura que hace un año”, dijo.

Muy respetada por su desempeño como ejecutiva en el negocio de la publicidad televisiva, la misión prioritaria de Yaccarino tras ser nombrada directora de X en mayo es sanar las relaciones con los anunciantes. La publicidad representaba el 90% de los ingresos de X en 2021, pero el negocio se vio afectado por las dudas sobre el liderazgo de Musk y la decisión de varias empresas de poner en pausa sus anuncios en la plataforma. Preocupadas por la nueva política de contenidos, la automotriz Audi y la farmacéutica Pfizer son algunas de las empresas que han boicoteado X. 

La red social ha permitido el reingreso de usuarios que habían sido vetados, como el influencer misógino Andrew Tate, y ha fracasado en el relanzamiento de un servicio para suscriptores de pago que generó una oleada de cuentas impostoras.

Un portavoz de la ADL dijo que la política de la organización le impedía hacer comentarios sobre desafíos legales.

Traducción de Francisco de Zárate

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