La UE aprueba el décimo paquete de sanciones contra Putin en el aniversario de la invasión de Ucrania
En el último minuto. Los 27 países de la Unión Europea han aprobado este viernes por la noche, el día en el que se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania, el décimo de paquete de sanciones contra la Rusia de Vladímir Putin. “Ha pasado un año desde la invasión brutal e ilegal de Rusia a Ucrania”, ha afirmado la presidencia sueca de turno del Consejo de la UE: “Hoy, la UE ha aprobado el décimo paquete de sanciones rusas. El paquete incluye: restricciones de exportación más estrictas con respecto al doble uso y la tecnología; medidas restringidas dirigidas contra individuos y entidades que apoyan la guerra, difunden propaganda o entregan drones utilizados por Rusia en la guerra; y medidas contra la desinformación rusa”.
En definitiva, el acuerdo sobre el décimo paquete de sanciones a Rusia “incluye nuevas prohibiciones de exportación e importación por valor de 11.000 millones de euros, incluidos productos electrónicos y vehículos, nuevos productos tecnológicos y de doble uso, y 96 empresas, 121 personas y entidades políticas, militares y de desinformación, tres nuevos bancos”, según informa el embajador lituano ante la UE, Arnoldas Pranckevičius.
La intención de las autoridades europeas era que las sanciones se aprobaran mucho antes para que estuvieran en vigor precisamente este viernes con motivo del aniversario de la invasión rusa de Ucrania. Pero las negociaciones se han enquistado más de lo previsto por el desencuentro entre Polonia, por un lado, y Alemania e Italia, por otro, respecto a la letra pequeña de la sanción sobre el caucho, que es un material clave en la producción de los neumáticos. Polonia ha terminado aceptando el paquete a cambio de un compromiso para poner en marcha un mecanismo que monitorice la reducción paulatina de las importaciones de ese material y que comiencen las negociaciones para imponer sanciones a Bielorrusia, informa Bloomberg.
Han sido necesarias varias reuniones de los embajadores y la de este viernes por la mañana ha terminado sin acuerdo. La fumata blanca se ha producido pasadas las 22 horas, a pesar de que tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el alto representante, Josep Borrell, habían dado por hecho que su propuesta estaría vigente el 24 de febrero, cuando se cumple un año del ataque, una fecha en la que los aliados se están volcando para reiterar su rechazo a Putin.
La UE calcula que el nuevo paquete de sanciones tendrá un valor total de 11.000 millones de euros, que se suman a los 32.500 millones de las rondas anteriores. “Con este paquete, la UE ha sancionado casi la mitad (49%) de sus exportaciones a Rusia en 2021”, señala en un comunicado. El principal objetivo son los productos que Rusia necesita de terceros países y que aún está consiguiendo importar a través de la UE para su industria militar, como electrónica, vehículos especializados, piezas de maquinaria, repuestos para camiones y motores a reacción. Así, se imponen controles a 47 componentes electrónicos que pueden usarse en los sistemas de armas rusos, incluidos drones, misiles, helicópteros. Los 27 persiguen asfixiar a Rusia en la producción de elementos que puede usar en el campo de batalla. “Golpearemos duro al sector militar ruso”, dijo el alto representante, Josep Borrell, al presentar la propuesta del décimo paquete.
Las nuevas medidas incluyen a un centenar de personas y entidades responsables de las actividades militares (entre las que ha mencionado también secuestros, deportaciones o el traslado de niños), decisiones políticas (más miembros del gobierno y parlamentarios) y la propaganda del régimen ruso. A todos ellos se les congelarán los bienes y activos que tengan que la UE y tendrán prohibida la entrada al territorio comunitario. La pretensión es, además, que no haya ciudadanos rusos en los consejos de administración de empresas europeas relacionadas con sectores críticos como la energía. También se sancionará a siete empresas iraníes vinculadas a la Guardia Revolucionaria que fabrican los drones que Teherán está dando a Moscú para bombardear Ucrania.
Los 27 también están analizando qué hacer con los activos que se han confiscado a través de las sanciones dadas las dudas legales existentes sobre la posibilidad de invertirlos en la reconstrucción de Ucrania. Así, refuerza el control de los activos congelados. Una de las opciones que está sobre la mesa es utilizar los intereses que están produciendo en los bancos. “Iremos detrás de quienes ayudan a Rusia a eludir las sanciones o reabastecer su arsenal de guerra”, ha expresado este viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha asegurado que están trabajando para evitar las “lagunas” detectadas que permiten “esquivar” las sanciones impuestas al régimen ruso.
La décima ronda de sanciones europeas, cuyo procedimiento escrito se conocerá el sábado a las 11:30 horas, llega a la vez que Estados Unidos ha anunciado el paquete más duro desde que comenzó la guerra al incluir a 200 individuos y entidades rusas, además de organizaciones y personas de otros países por respaldar al Gobierno de Putin. Entre los objetivos están el sector del metal y la minería rusos, así como 30 personas y empresas de terceros países relacionadas con los esfuerzos de evasión de sanciones de Rusia, incluidos los relacionados con el tráfico de armas y las finanzas ilícitas. Por su parte, el Departamento de Comercio incluyó a 90 empresas rusas y de otras naciones, entre ellas China, a su lista negra de exportaciones, de tal manera que esas empresas no podrán adquirir artículos, como semiconductores, fabricados en EE.UU., ni tampoco podrán tener acceso a tecnología estadounidense, informa la Agencia EFE. Washington también ha incrementado los aranceles a Rusia en sectores como el químico, el metal (especialmente el aluminio) y minerales.
Aunque la economía rusa no ha colapsado, que fue lo que Occidente predijo con las primeras sanciones, los aliados están convencidos de que van surtiendo efecto. “Veneno lento”, lo bautizó recientemente Borrell, que reitera que Rusia está sufriendo el castigo limitando sustancialmente los ingresos, por ejemplo, del petróleo. El Gobierno de Volodímir Zelenski, no obstante, pide más esfuerzo a la UE para que imponga sanciones al sector nuclear. Tras reunirse con los embajadores de los 27 esta semana, la viceprimera ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, advirtió de que el “impacto” en otros países no puede ser la razón para no tomar esa decisión. Hungría ya ha advertido de que vetará esa posibilidad.
En concreto, Zelenski pide que se incluya en las sanciones a Rosatom, la empresa estatal rusa encargada del desarrollo de la energía nuclear y que es la que explota la central ocupada de Zaporiyia, a pesar del peligro que supone. “Debe haber un mensaje claro de la UE y de Estados Unidos sobre la industria nuclear, sobre Rosatom, porque de lo contrario Rusia continuarán actuando como un Estado terrorista”, dijo Svyrydenko en Bruselas, donde también reclamó colocar en el punto de mira la exportación de diamantes. En este caso, es Bélgica quien tiene reticencias.
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