Los niños y niñas de Ucrania han vuelto al 'cole' este jueves, en un inicio de curso escolar empañado por la invasión rusa. En un momento que debería ser emocionante, con los más pequeños volviendo a las aulas y compartiendo sus historias del verano con sus amigos y profesores, muchos están regresando a las escuelas con historias de destrucción y supervivencia.
El Gobierno considera que menos del 60% de las escuelas son seguras y están en condiciones de reabrir, según Unicef. Los centros educativos de las regiones de Kiev, Leópolis y Chernovtsi se encuentran entre los que están dando la bienvenida a los estudiantes, aunque los padres y madres pueden elegir si optar por la educación presencial o a distancia. Muchos dudan en llevar a sus hijos al colegio, ya que no saben si estarán a salvo.
En algunos colegios, por ejemplo, el número de estudiantes que pueden asistir lo marca la capacidad limitada del refugio antibombas. En los que no tienen acceso rápido a refugios o estén ubicados cerca de las fronteras con Bielorrusia y Rusia, o cerca de zonas militares activas, solo se podrá estudiar de manera online, según informa la agencia Associated Press.
Miles de colegios en todo el país han resultado dañados o destruidos en seis meses de guerra. Según el Ministerio de Educación ucraniano, el número se eleva a 2.400 instituciones educativas. La guerra siendo el mayor desafío para el sistema educativo del país.
“[Este año escolar] comienza de forma diferente para todos. Hay quien está lejos de casa, en otras regiones de Ucrania. Otros están en otros países. Hay quienes están a distancia, online. Hay quienes están en su escuela o en su universidad, pero no están en paz. Sin embargo, es importante que el año escolar comience. Es importante que el aprendizaje continúe”, ha dicho el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que este jueves ha visitado una escuela en Irpín, una localidad cercana a Kiev.
Para muchos menores, su último día de colegio fue el día anterior a la invasión rusa del 24 de febrero. Unos 760.000 han recibido educación formal o informal desde que comenzó la guerra, según Unicef, que calcula que hay cuatro millones de niños y niñas en edad escolar de Ucrania. Según la ONU, al menos 365 menores han sido asesinados desde el comienzo de la invasión rusa.
Las imágenes del fotoperiodista español y premio Pulitzer Emilio Morenatti para la agencia AP captan dos caras de la vuelta al colegio en Ucrania: la alegría de unos estudiantes que han vuelto a sus aulas en Irpín este 1 de septiembre y la destrucción en forma de fragmentos de ventanas y paredes destrozadas, escombros y pupitres cubiertos de polvo en lo que un día fueron clases en Chernígov, este martes.
Estudiantes caminan juntos para entrar en su clase durante su primer día de curso en una escuela pública en Irpín.
Estudiantes caminan juntos para entrar en su clase durante su primer día de curso en una escuela pública en Irpín.
Estudiantes salen de un refugio después de un simulacro de evacuación durante su primer día de clases en una escuela pública en Irpín.
Estudiantes salen de un refugio después de un simulacro de evacuación durante su primer día de clases en una escuela pública en Irpín.
Taisia Shcherba, de 6 años, a la izquierda, habla con su compañera de clase durante su primer día de colegio en una escuela pública en Irpín.
Taisia Shcherba, de 6 años, a la izquierda, habla con su compañera de clase durante su primer día de colegio en una escuela pública en Irpín.
Ivan Hubenko, de 11 años, entre los restos de su aula en la Escuela 21 de Chernígov, que fue bombardeada por las fuerzas rusas el 3 de marzo.
Ivan Hubenko, de 11 años, entre los restos de su aula en la Escuela 21 de Chernígov, que fue bombardeada por las fuerzas rusas el 3 de marzo.
Anna Skiban, de 12 años, entre los escombros de su antigua clase, en la misma posición en la que estaba su pupitre antes de que el liceo de Mykhailo-Kotsyubynske fuera bombardeado por las fuerzas rusas el 4 de marzo, en Chernígov.
Anna Skiban, de 12 años, entre los escombros de su antigua clase, en la misma posición en la que estaba su pupitre antes de que el liceo de Mykhailo-Kotsyubynske fuera bombardeado por las fuerzas rusas el 4 de marzo, en Chernígov.
Rodeada de fragmentos de vidrio y escombros, Sofía Zhyr, de 14 años, se sienta en su pupitre entre los restos de su clase en la Escuela 21 de Chernígov.
Rodeada de fragmentos de vidrio y escombros, Sofía Zhyr, de 14 años, se sienta en su pupitre entre los restos de su clase en la Escuela 21 de Chernígov.
Anastasia Avramenko, de 13 años, entre los escombros de su antigua aula, en la misma posición en la que estaba su pupitre antes de que la Escuela 21 de Chernígov.
Anastasia Avramenko, de 13 años, entre los escombros de su antigua aula, en la misma posición en la que estaba su pupitre antes de que la Escuela 21 de Chernígov.
Mykola Kravchenko, de 12 años, mira su clase de informática destruida en el liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, en Chernígov.
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