Pillars of Eternity, el sucesor espiritual de Baldur’s Gate

Cualquier amante de los juegos de rol habrá disfrutado con muchas de las grandes obras que se han lanzado durante las últimas dos décadas. Sin embargo, y a pesar de la espectacularidad de muchos de ellos, no son pocos los que recuerdan con cariño uno de los mejores juegos del género jamás creados: el mítico Baldur’s Gate, un título que consiguió crear escuela y asentar las bases para muchos de los lanzamientos que le siguieron.

Las intenciones de Obsidian Entertainment son claras, y no dudan en admitir sus altos niveles de nostalgia tanto por el propio Baldur’s Gate, como por otros juegos de su misma clase como Icewind Dale o Planetscape Torment, al fin y al cabo hay muchos integrantes que estuvieron implicados en aquellos lanzamientos, y fruto de esa nostalgia ahora llega a nuestra manos Pillars of Eternity, un título capaz de recuperar aquel encanto y ofrecer una de las experiencias más completas, exigentes, profundas y elaboradas que hemos tenido el placer de probar en los últimos años.

Viendo el éxito de recaudación colectiva cosechado por Obsidian, parece evidente que sus responsables no eran los únicos que añoraban el estilo de aquellas excepcionales obras. La iniciativa ha conseguido recaudar la friolera de 4 millones de dólares gracias a las aportaciones de más de 75.000 usuarios que veían en este proyecto la gran oportunidad de recuperar un estilo de juego que parecía abandonado en favor de títulos con una estética y planteamiento más dependiente de las nuevas exigencias tecnológicas.

Un RPG como los de antes

Un RPG como los de antesNo se necesitan ni 5 minutos para que cualquiera que lleve unos cuantos añitos en esto, perciba el legado de los RPGs de finales de los 90, llámense Baldur’s Gate o Dungeons & Dragons. Pillars of Eternity no pretende disimular en absoluto sus aires de clásico, y nada más comenzar nuestras andanzas podremos apreciar que nos encontramos ante algo grande, muy grande.

Como suele ser habitual en el género, nuestros primeros pasos consistirán en crear nuestro personaje principal, un proceso crítico para el desarrollo de cualquier buen RPG que en el caso que nos ocupa, ya nos da una pista muy clara de lo que nos espera.

Lejos de centrarse en la típica elección de raza, clase y apariencia de nuestro personaje, Pillars of Eternity nos ofrece un abanico de opciones que va desde la zona geográfica de donde procede la raza o subraza elegida, a 11 tipos de clase, pasando por la cultura a la que pertenece y a su trasfondo histórico. Cada una de nuestras elecciones afectará a sus habilidades y atributos, aunque también podremos asignar y ajustar algunos de ellos de forma manual para adaptar sus características a nuestras preferencias.

La cantidad de información que disponemos durante el proceso de creación puede resultar abrumadora, especialmente si no se está habituado a muchos de los términos. Por suerte tendremos a nuestra disposición en todo momento una enciclopedia y multitud de ventanas de ayuda para resolver nuestras dudas, aunque no será hasta que entremos en faena cuando realmente comprendamos cómo funciona cada mecánica, y como se aplica en combate. Puede llevar un tiempo, pero al final todas las piezas del puzle comienzan a encajar, dejando ver un sistema perfectamente pulido y calibrado al milímetro para que cada pequeña acción o decisión, siga unas pautas perfectamente lógicas.

Una faceta táctica a la altura

Una faceta táctica a la alturaTodas estas características no sólo favorecen o perjudican la capacidad de nuestros personajes, sino que son críticas a la hora de tomar decisiones. Aunque podremos sacar provecho de muchos de los atributos más habituales como poder, constitución o intelecto, tendremos que tener en cuenta algunos valores más sutiles como la capacidad de concentración para evitar que alguien interrumpa la ejecución de un hechizo, o la bonificación de interrupción para contrarrestarla, lo cual nos permite a su vez tener una idea bastante precisa y matemática, del resultado de cada pequeña acción.

En los niveles de dificultad más bajos, el sistema resulta bastante permisivo, pero el juego ofrece la posibilidad de contentar a los jugadores más hardcore que quieran tener un control absoluto de cada parámetro con los que optimizar sus posibilidades, un requisito imprescindible en niveles de dificultad más exigentes.

Pillars of Eternity está además plagado de detalles que encandilarán a los amantes del género. Por ejemplo, el bestiario, lejos de tratarse de meros textos informativos, nos permite identificar y evaluar los atributos de una criatura que ya conozcamos, pero si nos enfrentamos a un enemigo desconocido, tendremos que desvelar atributos como su poder de ataque o su resistencia sobre la marcha, y actuar en consecuencia.

Tampoco escasearán las opciones a la hora de gestionar a nuestro grupo, pudiendo establecer formaciones, o equipar a cada uno de ellos con lo que nos venga en gana sin apenas restricciones, aunque siempre conviene valorar qué arma u objeto se adapta mejor a cada personaje o a la especialización que tengamos en mente.

El desarrollo de la aventura consigue aumentar el interés de cada situación o combate de forma exponencial, no sólo por las nuevas habilidades que vayamos consiguiendo, también por la variedad de situaciones que aportan tanto los nuevos enemigos, como los personajes que se unan a nuestro grupo. Poco tienen que ver los enfrentamientos con una triste manada de lobos durante los primeros compases de juego, con las batallas que libraremos controlando a un grupo de 6 personajes contra algunas de las temibles bestias que pueblan el universo del juego.

En un primer momento, y a pesar de la cantidad de información, podremos solventar cada enfrentamiento de forma sencilla, pero en algunos momentos avanzados de la aventura, será absolutamente obligatorio recurrir continuamente a la pausa táctica para evaluar la situación y dar las órdenes adecuadas a cada miembro del equipo. Cualquier error o acción precipitada puede acabar en una absoluta carnicería, Pillars of Eternity es uno de esos juegos que sabe explotar de forma magistral todas sus posibilidades tácticas y estratégicas.

Variedad, duración y riqueza argumental

Variedad, duración y riqueza argumentalPero no todo son combates y enfrentamientos periódicos, el juego cuenta con una gran riqueza argumental y un número indecente de líneas de diálogo, muchas de ellas con sus propias ramificaciones que afectan al desarrollo de la aventura y a la obtención de recompensas o penalizaciones. No sólo podremos tomar decisiones que nos conduzcan por diferentes derroteros, también tendremos la posibilidad de solventar situaciones mediante la fuerza bruta, el sigilo o a través de negociaciones y diplomacia. Toda una lección para aquellos juegos del género que anteponen la espectacularidad en detrimento de una acción mucho más encorsetada.

La toma de decisiones es continua y muchas de las mecánicas de juego nos obligan además a realizar acciones creíbles, como gastar recursos para levantar un campamento y permitir que nuestros personajes descansen tras algunos enfrentamientos o tras demasiadas horas de peregrinaje de un lugar a otro (el desplazamiento automático entre las distintas zonas se contabiliza como tiempo de viaje).

La exploración por su parte, es uno de los pilares fundamentales del juego, y normalmente se verá recompensada con todo tipo de incentivos, desde experiencia por encontronazos con algunos enemigos clave, a nuevas líneas de diálogo que nos permiten incorporar nuevos integrantes a nuestro grupo. Muchos de los rincones de cada una de las múltiples regiones del mundo de Eora esconden lugares de interés, y siempre tendremos la sensación de estar perdiéndonos algo si no visitamos una zona oculta del mapa.

La historia nos sitúa en la piel de un viajero recién llegado a la nación del Bosque de Dyr que se dirige en una caravana a la localidad de Villa del Oro para emprender una nueva vida. El viaje no tarda en torcerse y tras una parada obligatoria en mitad del trayecto, nuestro protagonista se verá envuelto en una serie de oscuros sucesos en los que un extraño ritual dará pie a una línea argumental que nos llevará a conocer la historia de la región, sus distintas facciones y conflictos, y sobre todo, la amenaza que se cierne sobre el mundo.

Pillars of Eternity es un juego que nos llevará decenas de horas completar. Aunque su duración depende en gran medida del nivel de dificultad, nuestra habilidad y el tiempo que dediquemos a explorar y conocer el entorno que nos rodea. Su nivel de profundidad y cantidad de situaciones es tal, que muy pocos juegos pueden presumir de contar con un universo tan atractivo y complejo, y eso a la larga se traduce en horas y horas de juego aunque pretendamos centrarnos en objetivos principales. El sistema de progresión, de crafting y la cantidad de recompensas es tan atractivo, que cuesta ignorar la mínima oportunidad de desviarse para descubrir muchos de los secretos y personajes repartidos por el mundo y sus distintas regiones.

Una puesta en escena de corte clásico

Una puesta en escena de corte clásicoGráficamente Pillars of Eternity recupera la estética de los juegos en los que se inspira. Su apariencia recuerda inevitablemente a la de los juegos de la época en la que las 2D era la tecnología predominante, aunque con un nivel de detalle muy superior.

Los escenarios son una auténtica delicia para la vista, y aunque no nos encontramos ante un portento técnico, destaca el diseño artístico de cada pequeña localización que visitamos.

Lo cierto es que busca una apariencia que haga brotar agradables sensaciones de nostalgia, pero sin llegar a traspasar esa línea retro que puede llegar a echar para atrás a los amantes de los grandes despliegues técnicos. Aun así, y a pesar de que se trata de un juego vistoso, no faltan aspectos mejorables como el modelado 3D de los personajes, o unas texturas que se tornan borrosas en cuanto aplicamos el máximo zoom a la cámara aérea.

Lo mejor

Lo mejor

  • Recupera las grandes virtudes de los RPG clásicos, aportando nuevas ideas y un universo propio.
  • Táctico y exigente, quien disfrute de la profundidad y la riqueza de opciones, tiene opciones y características para hartarse.
  • Las mecánicas de juego y la resolución de eventos y combate se rige por unas normas perfectamente pensadas y calibradas al milímetro.
  • Largo, entretenido y repleto de giros argumentales interesantes y multitud de incentivos.
  • El uso de la pausa táctica para la toma de decisiones es un requisito imprescindible, a medida que avanzamos cada situación es un desafío.
  • Excelente diseño artístico y cantidad de detalles en unos escenarios que cuentan con una belleza innegable.

Lo peor

Lo peor

  • Algunas carencias técnicas como el modelado de los personajes y algunas texturas.
  • Se producen algunas imprecisiones en los controles, que nos pueden llevar a cometer errores como no tengamos la pausa táctica activada.
  • Un multijugador cooperativo habría sido un gran añadido

Conclusiones

ConclusionesAnálisis. Pillars of Eternity, el sucesor espiritual de Baldur’s Gate

Pillars of Eternity llega con el claro propósito de recuperar el estilo y el planteamiento de los RPGs clásicos inspirados en los juegos de tablero, un objetivo que cumple sobradamente. El cariño y la dedicación por parte de Obsidian Entertainment será capaz de hacer brotar alguna lagrimilla a los más veteranos.

Pero no es sólo un homenaje pensado para nostálgicos, se trata de un grandísimo juego de rol que cuenta por mérito propio con todas y cada una de las virtudes de los de su clase llevadas a un nivel de profundidad que pocas veces se ve hoy en día.

Pillars of Eternity, el sucesor espiritual de Baldur’s Gate

Por: Jaime Pérez

26 de mar. 2015

9 / 10 estrellas