Análisis Saint’s Row: Gat out of Hell
La saga Saint’s Row siempre ha sido descrita quizás un tanto injustamente como ‘un Grand Theft Auto de coña’ por aquello de contar con unas altas dosis de humor absurdo que en no pocas ocasiones han provocado grandes polémicas. Su premisa principal es bien sencilla: situar a los pies del jugador toda una ciudad ofreciéndole libertad total para hacer lo que le plazca, ya sea sodomizar transeúntes o machacar matones con un consolador morado gigante. Y eso sin olvidar un plantel de personajes repleto de prostitutas ligerísimas de ropa, aliens psicópatas y, para esta ocasión, demonios enfurecidos, personajes históricos que claman venganza y toda una colección de almas en pena deambulando como autómatas a la espera de su funesto destino.
Porque sirviendo de anticipo a un Saint’s Row IV: Re-Elected que va camino de PC y consolas next gen con la idea de que sus usuarios puedan experimentar la locura de esta cuarta entrega con gráficos supuestamente mejorados, nos llega un Saint’s Row: Gat out of Hell que funciona como expansión independiente en PS3, PS4, Xbox 360, Xbox One y PC, poniéndonos en la piel de Johnny Gat y Kinzie, quienes están un tanto mosqueados porque su jefe, el Presidente de los Estados Unidos, ha sido secuestrado por el mismísimo Satanás.
Retando al mismísimo Diablo.
Lo primero de todo, Gat out of Hell es un juego accesible a cualquier jugador conozca o no la serie, ya que, pese a estar repletito de personajes aparecidos en anteriores entregas y hacer continuas referencias a estas, la trama es al final lo menos importante. Esto va de hacer el gamba en el infierno, de sembrar el caos hasta el delirio con la única intención de que el gran Satán se fije en nosotros. Así que, ¡qué importa el no saber a qué se refiere exactamente ese personaje secundario de turno! Total, si por nosotros fuera cogeríamos un martillo gigante y le convertiríamos en un cromo.
Sí, no exageramos, la premisa fundamental de esta expansión es llevar un paso más allá el nivel de destrucción y locura del que hicieron gala Saint’s Row IV y sus predecesores, meta difícil de alcanzar, pero no nos quedará otra, dado que ciertamente tendremos que arramplar con todo para que Satán nos invite a la boda de su hija. No os dejéis engañar por las apariencias, que haya una boda de por medio no significa que esto se vaya a convertir en una película de Jennifer Aniston, porque nuestra misión es rescatar al novio de un matrimonio de conveniencia… para una sola de las partes.
Viendo el caos desatado por nuestro jefazo/Presidente de los Estados Unidos/ex matón callejero, el señor de las tinieblas decidió raptarlo para que se casara con su linda hijita Jezebel, imaginamos que con la intención de que ambos le den un nieto a la altura de su carisma y buen talante. Y ya que queremos colarnos en dicho evento, lo haremos por todo lo alto, con el poder suficiente como para derrocar a Satanás, para que nadie pueda decir que no somos unos santos.
Lo primero de todo será cuajar una bonita amistad con algunos personajes históricos que andan un tanto descontentos con su estatus en el infierno. Tipos como William Shakespeare, Barbanegra o Vlad (Drácula para los colegas), están hasta el gorro de que Satán les ningunee, por lo que a nada que les ayudemos no dudarán en hacer piña para derrocarle, otorgándonos una habilidad especial realmente destructiva, como convertir a nuestros enemigos en piedra o machacar enemigos a base de pegar un buen pisotón al suelo.
Pero donde realmente destaca Gat out of Hell es en la gran cantidad de misiones secundarias, retos y desafíos a los que tendremos acceso. En esta ocasión, reventarle la chola de un disparo a un número indecente de enemigos nos dará mucho más que un mero pin (trofeo o logro), permitiéndonos sumar puntos para llamar la atención de un Satanás al que no le gustará un pelo que acabemos con sus lacayos… y muchísimo menos que lo hagamos disparándoles en sus partes.
Los vehículos por supuesto también se sumarán a la fiesta, dado que algunos de ellos nos permitirán superar ciertos retos como conducir en llamas el mayor tiempo posible evitando el mínimo roce para no explotar por los aires o atropellar peatones en una ambulancia infernal. Por lo visto las almas en pena que recorren el infierno, con la inteligencia artificial de una tostadora, están ya acostumbradas a morir de las formas más diversas, por lo que no debe daros pena el acabar con su sufrimiento.
En cuanto a las habilidades de nuestros protagonistas, ¿os he dicho ya que pueden volar? Pues claro que sí, porque esto es un Saint’s Row y aquí casi todo está permitido. De esta forma podremos pegar saltos increíbles, trepar rascacielos como si nada y planear recorriendo larguísimas distancias. Además podremos mejorar tanto nuestra maña para surcar los cielos como las diferentes habilidades especiales otorgadas por Shakespeare y compañía a base de gastar puntos de experiencia, al igual que podremos comprar nuevas armas y mejorarlas ganando en capacidad destructiva.
Por otro lado Gat out of Hell nos ofrece la posibilidad de disfrutar de la campaña en modo cooperativo ya sea a través de red local o buscando otros jugadores en red, un añadido que se agradece y que puede resultar divertido para echar el rato, pero poco más.
Un inferno repleto de panolis.
A nivel visual Gat out of Hell dista mucho de estar a la altura de lo que ofrece cualquier videojuego de nueva generación, e incluso de lo que podemos ver en los títulos de PS3 y Xbox 360. Nosotros hemos probado la versión para PC, teóricamente la más puntera en términos gráficos, y no podemos negar que nos sentimos tan confusos como decepcionados al comprobar como el nivel ha caído en ciertos puntos si lo comparamos con entregas tan distantes como Saint’s Row: The Third, contando con ciertos detalles impropios de estos tiempos.
Las animaciones son toscas, los escenarios se sienten vacíos y carentes de detalle, al igual que nuestros enemigos. Con la excusa de hacernos bajar al infierno la paleta de colores empleada es tan gris y lóbrega que puede llegar a deprimir, por no hablar de lo que sentimos al ver toda esa colección de seres cabizbajos improvistos no ya de alma, si no de gracia, inteligencia y… vamos, que sirven para decorar lo mismo que una piedra y poco más. Y eso por no hablar de una IA poco trabajada que propicia situaciones como que los enemigos ni se molesten en buscar cobertura o que nuestros aliados se tiren a una fosa de lava sin saber salir, aunque por suerte son mágicamente inmunes.
Renovarse o morir.
En definitiva, Saint’s Row: Gat out of Hell es un producto divertido que nos permitirá llevar un paso más allá nuestras ansias de destrucción. Además se agradece que nos llegue en forma de expansión independiente, evitándonos el tener que comprar la cuarta entrega. Sin embargo, no podemos evitar la sensación de que la fórmula de Volition ya no divierte tanto pese a querer ir siempre más lejos, con propuestas más disparatadas, personajes macarras y ciertos diálogos ingeniosos. Quizás esta ambientación infernal y los nuevos poderes a los que tendremos acceso no sean suficiente, dado que tampoco es que sean cosas que no hayamos visto nunca antes, y las taras propias de la saga empiezan a pesar más que nunca.
Lo mejor:
- Todo un infierno a nuestros pies para arramplar con todo. El caos y la destrucción está servida, sin olvidarnos del toque cómico.
Lo peor:
- El agotamiento de la fórmula es más que palpable, y desde luego esta expansión no trata de buscar un remedio.
- A nivel visual deja mucho que desear. Cumple sin más en PS3 y 360, pero luce impropio de PS4, Xbox One y PC.
- Buena parte de las misiones a realizar siguen el mismo esquema. Falta chispa e ingenio, aunque no podemos negar que siempre hay algo que hacer.