Avance The Evil Within, el maestro Shinji Mikami vuelve a los orígenes
Los survival horror vuelven a estar de moda igual que los vestidos con estampados o las pelis de superhéroes, y esta nueva fiebre por el terror, iniciada por unos desarrolladores indies que han sabido volver a los orígenes introduciendo ciertas innovaciones más que agradecidas, está despertando el interés de las grandes editoras por sumarse a la fiesta ya sea con pequeños amagos, sonados experimentos o bien con proyectos de gran calado.
En ese sentido una de las propuestas más potentes que se nos vienen encima este mismo otoño es The Evil Within, titulo surgido del imaginario del maestro Shinji Mikami, creador original de la saga Resident Evil, con la colaboración de Bethesda. Si, hablamos de palabras mayores, y ahora que le hemos echado el guante a una demo en fase beta podemos asegurar que hay motivos de sobra para la esperanza.
The Evil Within buscara el próximo 14 de octubre devolvernos a aquella época dorada en la que los juegos de terror daban mal rollo de verdad y no simplemente asco por sus escenas macabras (que también las habrá y a rabiar). Mezclando acción, suspense y supervivencia, se perfila como digno caramelo para todos aquellos que estén un tanto saturados de tanta pirotecnia gratuita y escenas heroicas.
No quieres, pero sabes que tienes que abrir esa puerta.
Con una jugabilidad en tercera persona, nos pondrá en la piel de un policía que se ve envuelto en una pesadilla macabra. El nivel que hemos podido probar nos invitaba a adentrarnos en la típica mansión mugrienta sacada de los clásicos del género, porque si, porque The Evil Within es también una vuelta a los orígenes, un intento por redescubrir un género que tantas alegrías nos dio en la generación de la primera Playstation. Y por ello no faltaran mansiones, pasadizos claustrofóbicos, decoración victoriana, bosques tenebrosos y sobresaltos inesperados.
Como no nos gusta entrar en una casa ajena cual elefante en una cacharrería, avanzamos despacio, inspeccionado cada rincón, deleitándonos con la currada iluminación de los escenarios y recogiendo cada objeto que tenemos a mano. Pronto queda patente que The Evil Within no quiere restringirse a un solo tipo de jugador, por lo que presenta varios niveles de dificultad capaces de influir en nuestra forma de jugar.
El destinado a jugadores casuales nos permitirá por ejemplo no cortarnos un pelo a la hora de desfogarnos a balazos con los enemigos, aunque por supuesto manteniendo las distancias con cualquier título de acción al uso para que la tensión no se pierda del todo. Aquí no valen metralletas, lanza granadas y tanques. Aquí se viene a pasarlo mal, que paradójicamente en este caso es lo mismo que pasarlo bien de verdad. Aún y así por nuestra parte recomendamos subir un tanto la dificultad, porque será ahí cuando tengamos que medir nuestras acciones, avanzar despacio vigilando las esquinas y evitando fuertes ruidos. Ojo los corazones sensibles, porque los sobresaltos están garantizados.
Acabar con los enemigos no resulta fácil. Algunos de ellos, los más perturbadores, no nos dejaran otra opción que salir por patas, y si nos alcanzan ya podemos rezar. La mayoría sin embargo podremos abatirlos, aunque habrá que tener buena puntería para acabar con ellos, algo que no resulta sencillo teniendo en cuenta que no se dignan a posar como para una foto cuando les apuntamos con nuestro revolver. Y cada bala cuesta su peso en oro.
Por suerte tendremos varias formas para liquidarlos. Está el tiro certero en la cabeza, que por norma requiere más de un intento ya que hay que reventarles el cráneo bien reventado hasta que quede como una sandía lanzada desde un séptimo piso. Otra buena opción es dispararles a la pierna para que caigan al suelo, y entonces dejamos caer una cerilla sobre ellos y listo, ya tenemos engendro a la brasa (si, no nos preguntéis que clase de cerillas se gastan en Bethesda). Además podremos hacer uso de una ballesta especial con diferentes tipos de munición que podremos ir recogiendo o fabricando, como explosiva, de arpón, paralizante o de electricidad, ideal para acabar con varios enemigos de un solo disparo o incluso para crear trampas si disparamos a las paredes o al propio suelo. También encontramos otras armas de fuego como escopetas o armas de mano letales a corta distancia aunque de un solo uso (es lo que tiene comprar hachas en un Outlet).
Nos ha gustado toda esta variedad a la hora de quitarnos de encima a esos molestos seres que pululan por los escenarios. De hecho en este sentido encontramos ciertas similitudes con The Last of Us, ya que podemos tratar de pasar inadvertidos caminando con sigilo, escondernos en armarios o debajo de las camas, construir nuestras propias trampas o aprovechar las que encontremos en el entorno. Por ejemplo resulta más que satisfactorio lanzar una botella cerca de una trampa para que cuando el engendro de turno se acerque salga volando manchando toda la habitación de sangre y vísceras.
Pero cuidado con estas trampas ya que si no nos andamos con ojo podemos ser nosotros los que nos las comamos con patatas. Por supuesto tendremos la opción de tratar de evitarlas, pasar a su lado en modo sigilo para que no se activen o incluso desactivarlas. Si logramos desactivarlas perfecto; ganaremos piezas con las que crear munición para nuestra ballesta, pero si fallamos nos explotarán en la cara, y sinceramente, creemos que hay mejores formas de conseguir un buen afeitado.
Los puzles que nos hemos encontrado resultan bastante sencillos, casi anecdóticos si los jugamos en la dificultad más baja. Sin embargo si decidimos jugar en modo superviviente tendremos que estar más atentos a los diferentes acertijos que pueblan los escenarios, y eso sinceramente se agradece. En el caso de esta demo, los puzles consistían en inyectar sondas en según qué partes de cerebros aparentemente vivos. De hacerlo bien podíamos seguir a lo nuestro desbloqueando una escena en la que unos fantasmas charlaban entre sí desvelándonos ciertos entresijos de la historia. En caso de fallar perdíamos parte de vida y teníamos que volver a intentarlo. Pero ya os decimos que resultaba más que evidente cómo resolverlos, bastaba con escuchar una cinta y fijarse bien en un mapa del cerebro. Más difícil sin embargo era descubrir la combinación de una especie de caja fuerte, pero de eso no diremos ni ‘mu’.
Delirios de una mente enferma.
A nivel visual y sonoro destaca la magnífica ambientación conseguida, con unos escenarios en tonos grises realmente claustrofóbicos en ocasiones. Artísticamente es más que prometedor gracias al genial diseño de todos los elementos, incluyendo los perturbadores enemigos y esas estancias al más puro estilo victoriano. El sonido como decimos destaca en gran medida, provocando que nos lo pensemos dos veces antes de abrir una puerta o dar si quiera un paso más, aunque por desgracia esta sensación de inseguridad decae al jugarlo en modo fácil. Además como ya hemos comentado nos llegará perfectamente doblado y subtitulado al castellano, y para los más puristas existe la posibilidad de optar por las voces en inglés.
Por el lado puramente técnico destacan los juegos de luces y la solidez en general en la versión de PS4 que es a la que hemos tenido acceso. Todo luce como debe, y tanto las físicas como los efectos de partículas cumplen con nota aunque sin llegar a ser una proeza. Sin embargo sí que hemos notado leves y ocasionales problemas con la cámara y caídas en la tasa de frames, aunque repetimos que esto es una beta y puede no haber motivo alguno para preocuparse.
Buscando homenajear a los grandes.
En definitiva, lo nuevo de Shinji Mikami promete y mucho. Cuenta a su favor con la desbordante (y a ratos preocupante) imaginación del maestro y su buen saber hacer a la hora de crear situaciones tensas en las que nos vemos ampliamente superados y sin escapatoria posible, además de con una jugabilidad que resultará cómoda tanto a los recién llegados como a los jugadores más experimentados. Por desgracia no pudimos probar los dos modos más complicados, que prometen ser sumamente desafiantes.
Su trabajada ambientación, sus posibilidades de acción y pequeños detalles como la buena gestión y las posibilidades del inventario nos permitirán acceder a una experiencia gratificante capaz de recordar a los años dorados del género del terror, aquellos en los que la acción gratuita y el estilo descaradamente hollywodiense aún no se habían extendido como la peste por una industria que ahora necesita más que nunca tanto de propuestas originales como de viajes al pasado. Y en ese sentido parece que The Evil Within podría ser capaz de mezclar lo mejor de los títulos de acción y aventuras en tercera persona de hoy en día con todo aquello que hizo grande a la saga Resident Evil en los años noventa.
Por supuesto aún nos quedan muchos detalles por conocer antes de plantarle encima nuestro sello de garantía de calidad, pero apunta maneras, sin duda. Con unas veinte horas de duración para su modo campaña y sin distracciones innecesarias como multijugadores de pega, The Evil Within promete darte más de un susto. En la modesta opinión de un servidor puede que le falten ligeras dosis de terror psicológico, de ese puesto de moda por títulos como Outlast y el también venidero Silent Hills P.T., pero sin lugar a dudas nos encontramos ante uno de los grandes del terror para los próximos años.