El culebrón del año lo han protagonizado sin lugar a dudas la editora nipona Konami y su creativo estrella, Hideo Kojima, padre de la franquicia Metal Gear Solid y principal cerebro detrás del sobresaliente Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, una superproducción de unos 80 millones de dólares que se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores videojuegos de la historia.
Entre todas las habladurías, rumores y acusaciones destacaríamos que Kojima pide libertad para crear nuevos juegos, para trabajar más allá de Metal Gear, mientras que Konami busca sacar el mayor beneficio posible de sus grandes marcas (incluyendo por supuesto MGS, pero también Silent Hill, Castlevania y PES) sin tener que gastarse millonadas como la de MGSV: TPP.
Por ello a los fans de los videojuegos se nos heló la sangre cuando, según indicaba el medio Nikkei, nos enteramos de que Konami había decidido pasar de los grandes juegos para centrarse en títulos para móviles y tabletas. Es decir, en productos que requieren de una inversión mínima y que son capaces de generar (o no) grandes sumas de dinero en poco tiempo.
Sabiendo además que Hideo Kojima debería abandonar la editora tras el lanzamiento de The Phantom Pain (sí, aún estamos a la espera de ver qué ocurre) todos temimos por el futuro de esta mítica franquicia de acción y sigilo; pero también por Castlevania, por Silent Hill (Konami canceló esta primavera el ambicioso Silent Hills desarrollado por Kojima y Guillermo del Toro) y, por supuesto, por la franquicia futbolística PES.
Ahora, quizás para calmar las aguas, un representante de la editora ha asegurado que no dejarán de invertir en grandes superproducciones, con el objetivo de mantener vivas sus marcas más potentes:
“Puedo prometeros que no vamos de dejar de lado Metal Gear ni nada por el estilo […] Sé lo que se ha dicho en muchos blogs, pero la verdad es que no sé cómo han llegado a esa conclusión. Definitivamente seguiremos trabajando en consolas con licencias como Metal Gear, Silent Hill, Castlevania y PES”.