Con movimientos como este, queda claro que en Microsoft no están para nada dispuestos a dar por perdidos los que hasta ahora han sido los grandes feudos históricos de sus consolas, y en especial, como es lógico, un territorio estadounidense que parecía haberles puesto los cuernos con Playstation 4.
Tras unos comienzos en la next gen un poco accidentados debido a las cuestionables decisiones comerciales de la compañía, como incluir Kinect de forma indivisible con Xbox One, los de Redmond han parecido saber reaccionar durante la segunda mitad de 2014, permitiendo con la adopción de medidas bastante sugerentes que su consola esprinte hasta convertirse en la más vendida de las navidades en EE.UU.
Una de esas medidas, que por desgracia ni la hemos olido en España, ha sido rebajar el precio de su consola hasta los 349 dólares. Se trataba de un descuento supuestamente temporal, pero ahora la compañía ha anunciado su decisión de postergarlo en el tiempo de forma indefinida para celebrar las buenas ventas.
Si tenemos en cuenta el cambio euros-dólares, Xbox One cuesta casi 100 euros menos si la compramos en Estados Unidos, algo que no parece justo a muchos de los actuales poseedores de una 360 que están esperando el momento apropiado para dar el salto a la next gen.