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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Antón Losada: “Estamos ante el asalto al Estado del Bienestar mejor organizado de la historia”

Rioja2

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Si escuchan la SER o ven Cuatro, pueden leer las respuestas del entrevistado poniéndole su voz. Él es Antón Losada (A Marina, Lugo, 1964), autor de 'Piratas de lo Público' y profesor universitario de Ciencia Política. Anteriormente fue secretario general de la vicepresidencia de la Xunta y secretario general de Relaciones Institucionales. En su currículum también guarda espacio para los medios de comunicación: comentarista y analista en la SER, Cuatro, El Periódico y Eldiario.es. Antes lo fue en Televisión Española (TVE), Televisión de Galicia (TVG) y El País. Por si fuera poco, también ha sido director general de Radiovoz y adjunto al consejero delegado de La Voz de Galicia. Casi nada.

Hoy está en Logroño para participar en la entrega del galardón del XIII Certamen Justicia y Solidaridad del Foro Cívico Francisco Sáez Porres, que en esta ocasión ha recaído sobre las Mareas Ciudadanas “por su defensa de los servicios públicos”.

¿A quién se refiere el concepto 'Piratas de lo público'? ¿Quiénes son?

Los piratas de lo público son funcionarios que hacen su carrera en el servicio público, donde tejen una red de contactos con la empresa privada a la que pasan como ejecutivos o altos cargos, para volver como políticos con capacidad de decisión y así asaltar lo público y beneficiar a las empresas que representan. Yo los llamo ‘burócratas corsarios, que son los principales motores del proceso de privatización.

No se privatiza porque lo público funcione peor, sea más caro o no nos los podamos permitir, se hace porque es un enorme negocio y es la segunda vez que nos pasa. Ya privatizaron las grandes empresas en los años 90 con las mismas razones que ahora alegan como que los clientes iban a ser más libres, que era más barato… y diez años más tarde vemos el resultado. Los grandes beneficiados son gente como José María Aznar, Felipe González o César Alierta (presidente ejecutivo de Telefónica). Tú y yo no. La gente que está leyendo esta entrevista tampoco.

¿Qué han hecho con el sector público?

Hemos sido víctimas de una estrategia de mentira y manipulación. Estamos en esta situación porque dicen que lo privado funciona muy bien y lo público muy mal. Como estamos aquí por culpa de lo público, hay que recortarlo y así se inicia su estrategia. Deterioran los servicios utilizando recortes con el déficit y la crisis como excusa, con mucha confusión, para que parezca que están peor de lo que están, como pasa en la actualidad con los servicios de urgencias, la educación o las pensiones. Luego se produce una campaña de descapitalización de lo público con el objetivo de acabar con el prestigio de los profesionales que trabajan en lo público como maestros, médicos o trabajadores sociales. Cuando la confianza se ha quebrado, ya empieza el desmantelamiento. Estamos en un debate en el que la mayor parte de la información desde medios y gobierno es mentira o es imposible de contrastarla.

¿Es el final de Estado del Bienestar tal y como lo conocemos?

No. En absoluto. Estamos ante un asalto del Estado del Bienestar, el mejor organizado de la historia. Porque el Estado del Bienestar funciona y los servicios públicos funcionan muy bien. La gran mayoría de la gente sigue confiando mucho más en los servicios públicos que en los privados. Hay una gran mayoría de españoles que no acaba de ver ni entender ni asimilar que la sanidad y la educación estén en manos privadas.

Por eso hay un creciente movimiento de toma de conciencia de mucha gente que empieza a ver la mentira. Me parece muy relevante lo que ha pasado en Madrid con la paralización del proceso de privatización de la sanidad y la retirada del Gobierno de Madrid. Hay otra alternativa. En el fondo, lo que pasa es que la crisis se utiliza como excusa para llevarnos a un debate político, cuando es un debate económico sobre el tipo de Estado que queremos tener, donde el Estado nos proteja de la adversidad o donde el que puede pagar tiene acceso a un servicio y el que no, pasa a depender de la caridad.

¿Cuáles son las reformas que necesita, si es que necesita alguna?

Todos los modelos necesitan reformas y adaptarse a los tiempos. Es evidente que nuestra educación, sanidad y seguridad social tienen problemas de nuevos mercados, clientes, expectativas y financiación, pero no son muy diferentes a los que tiene que abordar la empresa privada.

¿Se está debilitando a sindicatos, partidos contrarios y movimientos sociales para favorecer privatizaciones y liberalismo?

Sin duda. Esto es un problema de equilibrio. Frente a grandes corporaciones, la única esperanza para poder equilibrar la contienda es organizarnos y, ahora, los instrumentos fundamentales son sindicatos y partidos, de ahí el interés en desacreditarlos, aunque es cierto que han hecho mucho para ganarse ese descrédito. No es inocente que cualquier cosa que pasa en un sindicato sea un escándalo, pero que no se hable de que todos los grandes nombres de la patronal española de los últimos años estén imputados o en prisión.

¿Qué puede hacer la ciudadanía para defenderse de esos piratas de lo público? ¿Son las mareas el último reducto que le queda a la sociedad?

Yo creo que son un modelo nuevo de organización. España es un país lleno de gente esperando a salir para defender lo que cree, cansada de viejos modelos como sindicatos y partidos, que busca algunos más atractivos. Las mareas nacen para resolver problemas muy concretos y, si participas, sabes que va a servir para algo. La gente es lo que está buscando.

¿Qué opinión tiene al respecto de su labor?

Es vital. Ha sido vital para que mucha gente empiece a hablar de lo público sin pedir perdón y sin complejos. Son vitales para conectar de nuevo los servicios públicos con la ciudadanía y han permitido visualizar una estrategia de recorte masivo que habría pasado más desapercibida. Han dado mucha voz a mucha gente y no sólo a los profesionales, sino a usuarios, familias, padres, enfermos… han metido en la agenda un problema al que el poder había destinado muchos recursos para quitarlo. Las mareas han desmontado esa teoría y han colocado el tema en el centro del debate.

¿Cómo ve el futuro?

Sobre el futuro me considero un optimista bien informado, pero soy consciente de las dificultades. Creo que la estrategia de mentira y de meternos miedo, de que no hay más remedio, ya no rinde más. Ha llegado a su límite y va a haber un debate político donde va a haber más gente pidiendo explicaciones, por lo que van a tener que racionalizar más sus decisiones. Hay una fuerte demanda de organizaciones que se posicionan a favor del Estado del Bienestar y, cuando hay demanda, acaba apareciendo una oferta.