Uno de los temas destacados de este simposio ha sido la relación entre la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) y la calidad de vida de los pacientes que la sufren. En su exposición, el doctor Fermín Mearín, de la Clínica Teknon de Barcelona, apuntó que un 15% de la población española sufre semanalmente pirosis. Esto supone que más de 5 millones de españoles ven afectada su calidad de vida en distintas actividades cotidianas como la productividad laboral, el sueño, el ocio o disfrutar de la comida. La ERGE es una enfermedad tan incapacitante como la diabetes o la depresión.
Además, la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico también afecta a nivel psicológico ya que los pacientes con ERGE creen que a lo largo de su vida padecerán problemas de salud derivados de esta enfermedad. En este sentido, el doctor Mearín destacó que un 20% de los afectados por ERGE piensa que a largo plazo podrá desarrollar cáncer.
Durante el simposio, el especialista señaló que el tratamiento adecuado para la ERGE pasa por la administración al paciente de inhibidores de la bomba de protones (IBP), fármacos que mantienen el pH gástrico en los niveles adecuados inhibiendo la producción ácida gástrica. Dentro de los IBP, Mearín destacó el esomeprazol como la opción óptima, ya que mantiene el pH del paciente en los niveles adecuados durante más tiempo y por lo tanto mejora la calidad del sueño de los pacientes, su vitalidad y las alteraciones emocionales que manifiestan mientras padecen los síntomas de su enfermedad.
Por otro lado, el doctor Ángel Lanas, del Hospital Clínico de Zaragoza, destacó el elevado número de personas que desarrollan gastropatía por consumir antiinflamatorios no esteroideos (AINE) sin una buena gastroprotección. Los AINE se administran, en gran medida, para tratar el dolor en distintas enfermedades. Su uso, está muy extendido a nivel mundial pero no por ello estos fármacos están exentos de riesgos. El doctor Lanas afirmó que 15 de cada 100.000 personas que en España toman AINE fallece, lo que sitúa su tasa de mortalidad muy por encima de las defunciones a causa de accidentes de tráfico.
Para el doctor Lanas, a la hora de prescribir un AINE hay que tener en cuenta las características personales del paciente y sus antecedentes médicos y a la vez, eliminar los posibles riesgos con una buena gastroprotección, siendo el fármaco de elección un inhibidor de la bomba de protones. Además, destacó que sólo entre el 20 y el 50% de los pacientes que toman AINE están correctamente gastroprotegidos.