El balance del terremoto de 7,8 grados que el pasado lunes devastó la provincia de Sichuán, en el suroeste de China, ha aumentado a más de 19.500 muertos, según ha informado el gobierno provincial, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
Según la agencia, más de 130.000 soldados participan en estos momentos en las tareas de rescate. Los servicios de salvamento han conseguido llegar a los 58 condados y localidades afectados por el terremoto y están actuando a la desesperada, con la ayuda de perros, para encontrar supervivientes, cuando ya han pasado 72 horas desde el seísmo.
Todas las vías férreas están ocupadas para el transporte de tropas y de ayudas humanitarias, como tiendas de campaña, equipos de agua, medicinas o abrigos, según un portavoz del Ministerio de Ferrocarriles, Wang Yongping.
Los servicios de salvamento han rescatado hasta la fecha a 123 supervivientes del terremoto. Asimismo, fuentes oficiales confirmaron hoy que 270 escolares murieron en un colegio que se hundió en el condado de Qingchuán.
Los equipos de emergencias enviados por la Oficina Sismológica China a 15 provincias y municipios han salvado de momento a 123 personas, según informó hoy la propia oficina, citada por la agencia estatal de noticias Xinhua.
Por otra parte, al menos 270 escolares fallecieron en el colegio Muyu, en el condado de Qingchuan, tras derrumbarse un dormitorio en el que más de 400 menores estaban echando la siesta. El centro tiene un total de 857 estudiantes. Los servicios de rescate, que incluyen policías, bomberos y milicianos, han salvado de momento a 84 escolares. Muchos niños siguen desaparecidos, pero se desconoce su número exacto.
CERCA DE 30.000 DAMNIFICADOS SE HAN REFUGIADO EN UN ESTADIO
Alrededor de 30.000 personas damnificadas por el terremoto del pasado lunes en Sichuán están refugiadas en el interior de un estadio de la ciudad de Mianyang a la espera de que les recojan sus familiares. Mientras, miles de personas hacen cola ante el mismo estadio para apuntarse como voluntarios a los equipos de ayuda formados por todo el país.
Un voluntario declaró hoy a Europa Press que la ayuda está llegando a las ciudades más grandes pero las aldeas más pequeñas no están recibiendo nada, lo que ha causado escenas de impotencia e indignación entre la población. A los damnificados se les están suministrando una especie de panes, denominados 'mantou', que están consumiendo desesperadamente. En Beichuán, una de las localidades más afectadas, no está llegando ningún tipo de ayuda.
Los medios de comunicación del país están intentado tranquilizar a la población, muy atemorizada por los últimos rumores que han surgido sobre la posible contaminación del agua a causa de los vertidos procedentes de varias fábricas químicas. Como consecuencia de ello, tres chicas jóvenes, una de ellas de 17 años, han sido detenidas.
Por su parte, las autoridades medioambientales chinas afirmaron que no había que preocuparse por el estado del agua en la zona ya que “no está contaminada”, según informaron medios locales recogidos por Europa Press. En la zona únicamente hay una fábrica de plásticas y según los primeros indicios no ha causado vertidos.
El Gobierno ha decidido multar con 500.000 yuanes (46.024 euros) a los comercios del país que aprovechan la situación de colapso y terror para subir el precio de los alimentos por encima de su valía normal, dado a que “no hay problema de abastecimiento real”. Además, cada día aparecerá en los medios de comunicación del país el precio real del precio de los alimentos de consumo básico, como el arroz, el trigo y el aceite.
De acuerdo con este balance, del total de muertos (14.866), 14.463 se produjeron en Sichuán, mientras que en las provincias vecinas también se produjeron algunas víctimas aunque a menor escala: Gansu (280), Shaanxi (106), catorce en el municipio de Chongqing, así como dos en Henan y una en Yunnan.
Las autoridades también han garantizado, que los edificios construidos desde la década de los 80 hasta la actualidad “están fabricados para que aguanten terremotos de hasta siete grados”, en relación al fuerte seísmo que azotó el país, si bien desde que según informó la Oficina Sismológica de China, hasta las 13.00 horas de ayer se habían producido al menos 18 réplicas del terremoto del lunes con una magnitud superior a cinco grados en la escala Richter.
En Dujiangyan y otros pueblos y ciudades afectadas muchos residentes han pasado la noche durmiendo en la intemperie o en refugios improvisados, por temor a nuevos temblores y al derrumbe de edificios. En Shifang, otra pequeña ciudad de Sichuán que reúne a miles de aldeas, 30.000 de los cerca de 430.000 residentes están desaparecidos o fuera de contacto, según informaron fuentes oficiales locales a la agencia estatal Xinhua.
El Gobierno ha ordenado nuevos despliegues de soldados para que se sumen a las decenas de miles que ya se encuentran en la zona, y ha enviado más de cien helicópteros para el traslado de socorristas y equipos de ayuda a las zonas aisladas por los cortes de carreteras, según informaron medios estatales. El seísmo es el peor registrado en China desde 1976, cuando murieron 300.000 personas. La firma AIR Worldwide dijo que el costo del seísmo probablemente superaría los 20.000 millones de dólares.