Blázquez: 'La Iglesia no quiere imponer su moral'

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, ha asegurado que “la Iglesia no quiere imponer la fe cristiana ni la moral católica”.

“La iglesia no quiere imponer la fe cristiana ni la moral católica. Las ofrece con franqueza y valor a todos”, dijo monseñor Blázquez durante su último mensaje en el primer trienio como presidente de la CEE ante la XCI Asamblea Plenaria que renovará, entre hoy y mañana, la mayoría de cargos del Episcopado.

Por primera vez con estas palabras el obispo de Bilbao se salió del texto previamente preparado y encuadernado por la Oficina de Prensa del Episcopado para todos los asistentes a la Plenaria. Estas frases, que fueron las únicas fuera del guión, las encuadró Blázquez en el tercer y último apartado de su intervención, que versó “sobre el discurso que no pudo pronunciar Benedicto XVI” en la universidad La Sapienza de Roma (Italia), “que por dificultades conocidas otro leyó en su lugar”.

Según Blázquez, el Papa “no debe tratar de imponer a otros de forma autoritaria la fe que sólo puede ofrecerse en libertad”. En esta intervención, el Sumo Pontífice “había alertado de un riesgo actual: 'el peligro para el mundo occidental estriba hoy en que el hombre, precisamente debido a la grandeza de su saber y poder, se rinda ante la cuestión de la verdad'”. Tras estas palabras, el hasta hoy presidente de los obispos aseveró que “la Iglesia no quiere imponer la fe cristiana”.

RENOVACIÓN

Blázquez inició su Discurso Inaugural de la XCI Asamblea Plenaria de la CEE, asegurando que la renovación de la mayoría de los cargos de la Casa de la Iglesia es “especial” y por ello hizo, en primer lugar, un resumen de la historia y las tareas de las conferencias episcopales, recordando que las mismas “tienen una perspectiva apostólica” y miran “pastoralmente al mundo”.

En este apartado, recordó a los obispos que han de “discernir entre todos los caminos concretos de la misión apostólica en el mundo de hoy”, además de “detectar los problemas de fondo y los desafíos que nos plantean” y así alentarse entre ellos “en el ejercicio del ministerio episcopal”, siempre promoviendo “el bien de la Iglesia y el cumplimiento fiel y actual de la misión confiada”.

La introducción de su discurso se centró en dos ejes fundamentales: la comunión eclesial y la colegialidad episcopal como “realidades vivas y dinámicas, que marcan profundamente la existencia entera de cada cristiano y de cada obispo”. En este sentido, recordó a los prelados presentes que “ningún obispo está solo, sino dentro de la colegialidad episcopal”.

Blázquez llegó a la conclusión de que la Iglesia “hace un balance positivo de la vida de las conferencias episcopales y quiere promoverlas” a la vez que exhortó “a que se intensifique la espiritualidad de comunión” sin “abrir la puerta al individualismo”.

En la segunda parte de las tres de su mensaje, el obispo de Bilbao mencionó la segunda Encíclica del Papa Benedicto XVI sobre la esperanza, un documento que calificó como “muy rico” a la vez que instó a leerlo, meditarlo y comentarlo porque “nada puede sustituir a la lectura personal; el esfuerzo es abundantemente compensado”. En este apartado incidió en que “la esperanza cristiana es un servicio inestimable” en un mundo “que se siente amenazado por la oscuridad” y recordó la “obras de la Iglesia tan generosas como Cáritas y Manos Unidas”.

Finalmente, ya también fuera del guión, se refirió, como otras veces, a la actualidad informativa y tuvo palabras de afecto para los familiares de los tres jóvenes fallecidos en Irak, uniéndose al “apremiante llamado” del Papa Benedicto XVI, que pidió la liberación del obispo de Mosul. “Pedimos la paz para los tres jóvenes que acompañaban al obispo y murieron. También manifestamos nuestro afecto a sus familias y nos unimos en la esperanza para la Iglesia de Irak, tan duramente golpeada”, dijo.

Tras él, el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, invitado como siempre a asistir a la Plenaria, instó a los prelados presentes a tener en cuenta, además de la Encíclica sobre la esperanza citada por Blázquez, la Nota Doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la evangelización, hecha pública el pasado mes de diciembre.