La compañía BP acaba de anunciar que ha concluido con éxito el intento de sellar, de manera definitiva, la fuga de petróleo del pozo Macondo, que expulsaba crudo al Golfo de México desde el mes de abril. La operación, denominada static kill, se ha llevado a cabo a través de la inyección de lodo pesado y cemento, de forma que se impide la salida de más crudo y se empuja éste hacia su lugar de origen, a fin de poder cerrar el pozo principal.
En cualquier caso, aún habrá que esperar entre 33 y 60 horas para comprobar si el sellado ha producido realmente el efecto esperado. Si la fuga consigue detenerse, se podrá pasar a la construcción de un pozo de alivio, que debería estar terminado para finales de este mes de agosto.
Hasta el día 15 de julio, cuando se consiguió frenar de manera provisional la fuga de petróleo, emanaron de este pozo casi 800 millones de litros, según las estimaciones realizadas gracias a unas cámaras de vídeo de alta precisión colocadas en el lugar de la fuga. De ser ciertos, los datos confirmarían que la fuga de la plataforma petrolífera de BP ha sido el mayor vertido de petróleo jamás ocurrido en el mundo, con 4,9 millones de crudo contaminando el Golfo de México.
Todo parece indicar que con la operación static kill se pondrá fin definitivamente a la fuga de crudo de la plataforma Deep Horizon, que explotó en abril. Según un comunicado del grupo BP, “la presión está ahora bien contenida por la presión hidrostática del lodo inyectado, que era la meta deseada de la operación”.