El motivo de este viaje es celebrar que al fin Estados Unidos ha firmado con Irak el Acuerdo Marco Estratégico y el Acuerdo sobre el Estatus de las Fuerzas (SOFA), según informa la cadena CNN. Tras su llegada al Aeropuerto Internacional de Bagdad, Bush se dirigió en helicóptero hasta la Zona Verde de la capital iraquí, área fortificada que alberga edificios oficiales y embajadas. Allí se reunió con su homólogo iraquí, Jalal Talabani.
Bush ha viajado a Irak en compañía del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Josh Bolten; el responsable para Irak y Afganistán en el Consejo de Seguridad Nacional, general Doug Lute; el asesor para la Seguridad Nacional, Stephen Hadley; el asesor presidencial Ed Gillespie y la portavoz Dana Perino.
Hadley declaró a los medios de comunicación que ahora la situación en Irak es de “transición”. “Por primera vez en la historia de Irak y de la región, suníes, chiíes y kurdos trabajan juntos en un marco democrático para buscar la forma de que el país avance”, subrayó.
Por su parte, Lute predijo que 2009 será “un año de transición” tanto en Washington -donde Barack Obama se estrenará como presidente- como en Irak -donde se celebrarán elecciones provinciales-. “Estamos entrando en una relación nueva, una relación en la que los iraquíes ejercen, merecidamente, una soberanía mayor”, destacó.
El conocido como acuerdo SOFA entre Irak y Estados Unidos modifica algunas de las condiciones que establecía el mandato de la ONU y establece que los soldados estadounidenses no permanecerán en Irak más allá de 2011. Los votantes iraquíes serán quienes decidan si se aprueba en un referéndum que se celebrará a finales del próximo mes de julio.
El acuerdo insiste en el respeto a la soberanía iraquí y, aunque hace referencia a la necesidad de la “asistencia temporal” de las fuerzas estadounidenses, limita considerablemente su libertad para actuar. Así, todas las operaciones militares deben llevarse a cabo con el visto bueno de las autoridades iraquíes y se deben coordinar con ellas.
Además, Irak tiene el “derecho fundamental de ejercer la jurisdicción” sobre los soldados estadounidenses que cometan “delitos graves premeditadamente”, así como sobre las empresas subcontratadas por Washington y sus empleados, según el acuerdo. En cuanto a los sospechosos detenidos por los militares estadounidenses, deben ser luego entregados a las autoridades iraquíes para que les juzguen.