Comienza el Otoño Cultural Taurino

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Empezó haciendo un recorrido pictográfico a través de la historia, desde Altamira, con un significado chamánico, pasando por la cultura minoica o cretense (el rapto de Europa), la cultura griega como símbolo del zodiaco (Taurus) y el famoso Minotauro, cabeza de toro y cuerpo de hombre, muerto por el “primer torero de la historia”. Teseo con su espada, el prerrománico con los famosos Toros de Guisando o inclusive en el arte publicitario y más festivo, como el famoso toro de Osborne o las caricaturas sanfermineras de Kukuxumuxu.

Ya hablando propiamente de poesía se centró en la Generación del 27 con Lorca, Alberti, Gerardo Diego y Miguel Hernández diciendo que formaron la generación más taurina de la historia de la literatura española con un nexo en común, el torero Ignacio Sánchez Mejías, quien también compartió con ellos horas de escritura.

De Lorca destacó la simbología primogénita del toro, considerándolo como masculino, viril, noche, luna, algo fiero y malo. De Alberti señaló un poema sobre la muerte de su amigo Sánchez Mejías anticipándose en sus poesías a su tragedia escrita tras su regreso a los ruedos:

“Verte y no verte

yo, lejos navegando

tú, por la muerte“

De Gerardo Diego dijo que fue un gran enamorado de los toros, escribiendo un gran libro taurino: “La suerte y la muerte”. Con Miguel Hernández volvió el simbolismo antiguo del toro. Siempre se comparaba con un toro, y cabe destacar de su bibliografía 'El rayo que no cesa'.

Se cerró el acto con una de las poesías de José Luis Pérez.

Rubén Rodríguez CasasClub Taurino Logroñés