Las termómetros riojanos están superando los 30 grados. Dormir bien resulta difícil porque incluso las noches están siendo muy calurosas. La habitación en la que dormimos debería estar entre los 18 y los 20 grados de temperatura, según la Asociación Española del Sueño. EL PAÍS recoge una serie de consejos para evitar las largas noches de sudor e insomnio en estos días de altas temperaturas.
Al contrario de lo que pensamos, la ducha no tiene que ser con agua fría. El choque térmico reactiva el organismo y se produce un aumento de temperatura debido al gasto energético.
Hay que evitar las cenas copiosas y calientes porque el cuerpo produce más calor para digerirlas. El gazpacho es una buena opción: “Es muy ligero, fresco y con un 90% de agua, por lo que consumirlo en verano ayuda a calmar la sed”, explica la nutricionista Elisa Blázquez.
Las sábanas tienen que ser de lino o algodón porque los tejidos naturales son los más transpirables. Los pijamas además es mejor si son anchos y que no se ajusten a la piel.
Durante el día debemos dejar las persianas bajadas y para la noche hay opciones creativas como poner sábanas mojadas en la ventana para bajar la temperatura global de la habitación o colocar un ventilador dirigido hacia el exterior, impidiendo que entre el bochorno.
Con las pulsaciones bajas se consigue un sueño más relajado y se puede conseguir aplicando frío en las muñecas, el cuello, los codos, tobillos o detrás de las rodillas. Colocar un hielo delante del ventilador puede parecer una técnica rudimentaria, pero es efectivo pues el aire llega bastante más fresco.
La hidratación es lo más importante, por lo que debemos tomar al menos un vaso de agua antes de irse a la cama y beber más durante la noche.