Las autoridades de la provincia de Hunan, en el centro de China, han cerrado una fundición y detenido a dos de sus directivos acusados de envenenar con plomo a más de 1.300 niños que viven cerca de la fábrica.
Hasta ahora, los médicos han detectado en la sangre de 1.354 niños de la localidad de Wenping, en la región de Wugang, una cantidad excesiva de plomo -más de 100 miligramos por litro-, declaró hoy un portavoz del Gobierno local. Estos casos representan casi el 70 por ciento de los 1.956 niños que se han sometido a análisis de sangre esta semana.
Mientras tanto, las autoridades de Changsha, capital de la provincia suroriental de Hunan, confirmaron hoy 83 casos de envenenamiento: 17 de carácter moderado, 28 leves y 38 muy leves. Sólo los 17 primeros han tenido que ingresar en un hospital.
Los temores por posible intoxicación comenzaron a extenderse entre la población local a principios del pasado julio, cuando muchos niños empezaron de repente a mostrarse excesivamente sensibles al frío y a mostrar síntomas de fiebre y pérdida de apetito.
En un radio de 500 metros alrededor de la central hay una escuela de educación primaria, otra de educación de nivel medio y una guardería.
A raíz de esto, las autoridades suspendieron las operaciones de la Central de Fundición de Manganeso Wugang el 31 de julio y trece días más tarde ordenaron su cierre. Además, la Policía ha detenido a dos de sus directivos, Deng Qingguo y Yi Jianhua, sospechosos de “causar una contaminación medioambiental grave”. El director de la central, Liu Zhongwu, sigue en paradero desconocido.
La fundición abrió en mayo de 2008 sin la aprobación de la oficina de protección del medioambiente de Wugang, señaló el 'número dos' de la oficina, Huang Wenbin.
El Ayuntamiento de Wugang aseguró que ha comenzado a revisar más de 100 fábricas de la ciudad, incluidas siete fundiciones. Recientemente salió a la luz un escándalo similar, en este caso en la provincia de Shaanxi (zona central de China), donde la contaminación provocada por una fundición de zinc y plomo envenenó a 851 niños que vivían en sus proximidades.