El ganadero acusado de incendiar un monte para acabar con el hábitat del lobo que atacaba a sus ovejas ha declarado en el juicio desarrollado en la Audiencia Provincial de Logroño que los agentes forestales le incriminaron a él porque era la única persona que estaba en la zona del fuego.
El juicio oral, celebrado con un Tribunal del Jurado, ha concluido y mañana se reanudará con la entrega del objeto del veredicto a los nueve miembros del jurado.
El fiscal ha mantenido su petición de dos años de cárcel y el pago de una multa de 2.250 euros a F.G.G., un joven de 30 años vecino de Masilla de la Sierra, como presunto autor de un delito de incendio forestal.
Por su parte, el abogado del Gobierno de La Rioja ha pedido la misma pena y una multa de 2.700 euros, mientras que el letrado de la defensa ha pedido la absolución del ganadero.
El fuego, que tenía ocho focos, ocasionó pérdidas valoradas en 520 euros, de los que 413 corresponden a los gastos de extinción, 87 euros por el impacto ambiental y 18 en productos forestales.
En su declaración, el imputado ha dicho que tenía un corral con 600 cabezas de ganado entre ovejas, cabras y caballos que guardaba a unos 200 metros del lugar del incendio, que afectó a 3.400 metros cuadrados de monte.
F.G.G. ha dicho que había presentado varias quejas y reclamaciones por los daños que causaban los lobos a sus ovejas, que se enzarzaban con frecuencia en los matorrales del monte.
Para evitar muertes de ovejas jóvenes, colocaba como señuelo animales viejos sin valor atados a una estaca en lo alto del monte, donde les dejaba comida y agua.
El día del incendio, el 15 de enero de 2007, y como hacía habitualmente, estuvo con su ganado en el monte, donde no vio a nadie hasta que se produjo el fuego.
En el juicio también han declarado los agentes forestales que participaron en la extinción del incendio, quienes han dicho que no vieron al acusado prender el fuego.
La juez se reunirá mañana por la mañana con el jurado para leerles el objeto del veredicto, en el que enumerará en párrafos separados los hechos alegados por las partes, diferenciando los que son desfavorables al acusado y los que le son favorables.
Después, el jurado quedará aislado en un hotel para deliberar y acordar mediante votación su veredicto, que se conocerá en audiencia pública.
Si pasaran dos días sin que tener el veredicto, la magistrado les podría llamar para averiguar qué sucede.
En el caso de que el veredicto fuera de culpabilidad, la juez oiría a las partes sobre la pena que consideran pertinente imponer y la responsabilidad civil.
Tras este trámite, el juicio se da por concluido y se concede la última palabra al acusado, después se disuelve el jurado y la magistrado redacta la sentencia.