El Clavijo pasó del día a la noche en apenas seis días. Del espectáculo mostrado en el Palacio el domingo pasado al desastre absoluto, 96-50, en tierras gallegas ante un líder Café Candelas Breogán -venía de dos derrotas seguidas- que dio lo mejor de sí. Vaya, que los riojanos pagaron los platos rotos. Lo hicieron porque estuvieron erráticos en el lanzamiento, algo que no es nuevo. 29% en tiros de campo después de 40 minutos. 3 triples -todos de Cabot- de 25 intentos -al descanso era aún peor, 1 de 15-. Así es prácticamente imposible ser competitivo. Da igual que apabulles a tu adversario en el rebote, 36 ante 30, y que seas infinítamente mejor en las capturas ofensivas, 19 frente a 3. Lo que es inconcebible es el pésimo porcentaje en tiros de dos y en el triple.
A Coggins se le debió olvidar tirar tras su 'show' ante Huesca; Quintela acabó desquiciado ante su hermano menor y apenas estuvo 15 minutos en pista además de terminar eliminado por personales; Newby no encontró la manera de ser el 'microondas' del equipo, Balamou estuvo, como el resto del equipo, fallón; Gutenius desperdició los 11 minutos en cancha para no aportar casi nada; Yates y Adala Moto se fajaron debajo del aro, pero apenas tuvieron ayuda; Carlos Martínez fue, como viene siendo habitual, lo mejor de un bloque que no fue lo que desea Jenaro Díaz; Cabot cumplió desde fuera y Bieshaar sólo ayudó en el rebote.
Un 8-2 de partida condicionó a Clavijo que iba a remolque desde el arranque. Mala señal ante un líder con ganas de resarcirse de sus dos derrotas anteriores. Con ese marcador, los de Jenaro Díaz intentaron agarrarse al duelo ante la exhibición ofensiva de un Breogán lanzado que después de 10 minutos ya había marcado el territorio, con el 26-16. Por si fuera poco, el recital de los de Natxo Lazcano continuó ante un cuadro riojano incapaz de anotar desde el triple. Löfberg se estaba convirtiendo en una auténtica pesadilla. Pero no era el único, porque desde el banquillo aportaban Sulejmanovic y Stainbrook. Por su parte, en el bando de los visitantes todo era un calvario. La primera canasta en juego del segundo cuarto llegó pasados los cuatro minutos, mientras que Coggins no atinaba desde fuera, tampoco Gutenius.
El choque estaba sentenciado al descanso con el 47-25 merced a los 10 puntos logrados por los logroñeses en los segundos 10 minutos. Un regalo que no desaprovechó un Breogán que no bajó ni un ápice, pese a la ventaja, tras el paso por los vestuarios. Y eso que los riojanos encadenaron un parcial positivo que les hizo creer en sus posibilidades durante los primeros compases del tercer cuarto. Se vivió el intercambio de canastas que favorecía a los que iban por delante. Claro que esa sucesión duró hasta que el Clavijo insistía en acumular errores cara al aro.
Daba igual ser superior en el rebote ofensivo, gozar de varias oportunidades porque al final los logroñeses se quedaban sin sumar y el conjunto gallego iba aumentando su diferencia casi sin forzar. El líder se estaba gustando, movía al balón con criterio y tino. De ahí, sus 25 asistencias finales. Arco anotaba, Löfber, también, y Quintela, Sergio -hermano pequeño de Erik- anotaba un triple desde la esquina que evidenciaba la diferencia de dinámicas de los dos equipos. El más 32, 69-37, con 10 minutos por jugarse hundía a cualquiera.
El juego colectivo del Breogán continuó. La defensa del Clavijo hacía aguas ante la fluidez de un líder compacto que le daba igual ser peor debajo de los tableros. Algún ramalazo individual de los riojanos sirvió para que que los gallegos supieran que estaban en un partido y no en un entrenamiento. Aun así, los de Jenaro Díaz no fueron capaces de ser mejores en un cuarto. No sólo eso, es que todos los perdieron por al menos 10 puntos. Toca pensar en positivo, que es mejor tener un mal día completo, horrendo ante el equipo que está en lo más alto de la clasificación. Quizá lo que no sea de recibo fue el marcador final, 96-50. Una demostración de que no funcionó nada, ni el ataque, ni la defensa. Con esta dinámica es complicado escapar de los puestos de descenso y abandonar el penúltimo puesto.
FICHA TÉCNICA
Café Candelas Breogán: Úriz (5), Löfberg (21), Arco (13), Rubio (11) y Demetrio (10), cinco inicial, Siqueira, Sulejmanovic (14), Christian Díaz (5), Kasonga, Stainbrook (10) y Quintela (7).
Clavijo: Quintela (2), Balamou (2), Martínez (12), Bieshaar (4) y Adala Moto (4), cinco inicial, Newby (2), Coggins (2), Cabot (9), Yates (13) y Gutenius.
Parciales: 26-16, 21-10 (47-26 al descanso), 22-12 (69-38) y 27-13 (96-50 al final).
Árbitros: Germán Francisco Morales Ruiz y Eva Areste Giralt. Eliminado por faltas personales el visitante Quintela.