El Madrid suma otra derrota en Alemania

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El Real Madrid encontró en Alemania, como es tradición, su tercera derrota del curso futbolístico ante el Werder Bremen (3-2), complicándose así su pase a octavos de final de la Liga de Campeones porque ahora está obligado a seguir haciendo méritos en la última jornada ante el Lazio en el estadio Santiago Bernabéu.

Al equipo blanco, que pierde fiabilidad lejos de su estadio -sólo tres victorias en diez partidos esta temporada- le lastró su pésimo balance defensivo porque sí ofreció argumentos en ataque, de nuevo con el tiralíneas de Guti.

En esta ocasión, sus dos mejores puntales no fueron suficiente para evitar el tropiezo, que convierte en decisiva la última jornada. Un triunfo le convertiría en primero de grupo, pero una derrota le podría dejar fuera de octavos.

Ni los centrales -Metzelder entró por Cannavaro- estuvieron finos porque Pepe participó negativamente en los dos primeros goles germanos ni el sistema defensivo, con dos laterales que miran demasiado hacia delante y no miden su retaguardia, sostienen al equipo.

De hecho, el Werder, último del grupo y que sumaba cinco goles en cuatro jornadas, logró tres, y el primero de ellos en cinco minutos. Una situación delicada que se empieza a repetir en demasía (Espanyol o Sevilla) y que condiciona el juego de los madridistas, que no encuentran el equilibrio necesario para seguir creciendo.

El Real Madrid ofreció su cara más amable en ataque, con buena circulación de balón gracias a los apoyos de Raúl y Guti, y el criterio de Gago. Además Robinho, escorado en banda izquierda, mostró su lado más incisivo e incluso determinante porque se fabricó el empate a uno con una bonita diagonal hacia el área germana y un espléndido remate con la diestra.

Sin embargo, el Werder le generó excesivos problemas en la retaguardia. Diarra no asoma como el tapón que se le presupone y los cuatro de atrás alternan acciones brillantes con errores infantiles. Empezando por Sergio Ramos, un ciclón cuando suma en ataque, pero que abandona en exceso su verdadera zona de trabajo.

Ese desequilibrio benefició en exceso al Werder. El equipo germano encontró sus acciones de ataque sin necesidad de fabricarlas. Aprovechaba a la perfección los deslices blancos. En uno de ellos, internada por el flanco derecho de Jensen, en ausencia de Marcelo y regateando con suma facilidad a Metzelder, Sanogo remató el segundo de los locales.

DEL EMPATE AL 3-1

El Real Madrid no supo templar el partido ni en el segundo acto. Casillas junto a Sergio Ramos evitaron el tercero nada más regresar del vestuario y en un partido cada vez más loco Van Nistelrooy erró en boca de gol el empate. De seguido, y consecuencia de esa fragilidad defensiva del equipo de Schuster, el Werder profundizaba en la herida.

De nuevo el frágil lateral derecho, colada de Hunt y salida a la desesperada de Casillas. Era el tercero y la aparente sentencia. El Real Madrid mostró no obstante entereza para seguir intentándolo, también porque el Werder no supo atajar el resultado con ocasiones de Baumann y Vranjes.

Los de Schuster incluso recortaron distancias gracias a un tanto de Van Nistelrooy a falta de un cuarto de hora, pero el impulso no fue suficiente para enjugar la cantidad de errores defensivos cometidos con anterioridad y terminaron cediendo.

Una derrota que complica su futuro en la 'Champions' y sobre todo genera dudas sobre si el Real Madrid es ya un equipo redondo y fiable, que no lo parece, sobre todo a domicilio porque es incapaz de plasmar en resultados su mejor juego de ataque.