El nuevo paradigma de la psoriasis

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“El abordaje de la psoriasis como una condición inflamatoria sistémica es aún una nueva perspectiva, un punto de vista distinto, fundamentado en hallazgos clínicos y epidemiológicos”, explica José Manuel Carrascosa, del Servicio de Dermatología, Hospital Germans Trias i Pujol. En sus palabras, estamos todavía ante una propuesta académica que, sin embargo, “irá impregnando la manera de hacer del dermatólogo en los próximos años”.

En esencia, las evidencias indican que los procesos inflamatorios crónicos, entre los que se encuentra la psoriasis, inducen un estado pro-inflamatorio, con liberación de sustancias que potencian y favorecen factores de riesgo como la hipertensión, la ateroesclerosis, la dislipemia y la intolerancia a la glucosa que pueden acortar de forma significativa las perspectivas de vida del individuo. Esto se ha demostrado de hecho en estudios epidemiológicos, estimándose una reducción en la esperanza de vida hasta en 20 años en los individuos jóvenes con psoriasis grave con respecto a los que no la padecen.

Tal como explica este experto, el tratamiento de la psoriasis permite controlar las citocinas pro-inflamatorias en diversos puntos, en función del fármaco empleado: “Si estas citocinas condicionan las co-morbilidades (enfermedades que acompañan al trastorno), parece razonable que tengan un efecto beneficioso a largo plazo. Se ha puesto la primera piedra. A partir de aquí, deberán ser estudios de cohortes, prolongados en el tiempo los que confirmen el beneficio que podemos obtener de este conocimiento”.

TERAPIAS BIOLÓGICAS

El problema de las localizaciones difíciles de tratar (cuero cabelludo, uñas, pies y manos), a pesar de lo limitado en extensión, son muy resistentes a los tratamientos tópicos e incluso sistémicos y, además, tienen un marcado impacto en la calidad de vida del individuo.

En este caso, y si las terapias tradicionales no funcionan, se considera justificado recurrir a las terapias biológicas, una nueva familia de fármacos que está demostrando una eficacia notable. En su conjunto, y aunque cada terapia biológica tiene su propio perfil, puede afirmarse, con los datos disponibles hasta la fecha, que el perfil de seguridad de estas terapias es bueno. La ausencia de interacción con otros fármacos y de toxicidad convierten a los fármacos biológicos en los adecuados para el tratamiento a largo plazo. Por el momento se recomienda evitar la gestación durante el tratamiento, advierte

A modo de conclusión, Carrascosa declara que “proporcionar a cada paciente un tratamiento y un soporte adecuado también incrementará su bienestar y la sensación de control de la enfermedad. Todo ello sin olvidar la transmisión de hábitos saludables que permitan minimizar las co-morbilidades”.