Su tono calmado al hablar choca frontalmente con la firmeza de su discurso. Tiene 28 años pero habla con la seguridad del que conoce bien el terreno que pisa. Diego Mendiola es concejal de Izquierda Unida en Santo Domingo de la Calzada, y en las próximas elecciones aspira a dar el salto a la política autonómica como cabeza de lista de su formación. Compagina su labor en el Ayuntamiento calceatense con su trabajo como docente y tiene claro que no aspira a vivir de la política aunque, “como cualquier trabajo, debe ser digno y remunerado”.
Está claro que IU ha apostado por la regeneración en su elección de candidatos. ¿Es casual la juventud en la primera línea política o responde al momento en que vivimos?
Personalmente considieramos que IU apostó hace muchos años por un proceso de refundación y regeneración de la estructura. Gonzalo Peña (candidato a la alcaldía por Ganemos Logroño) y yo representamose ese espíritu que no solo se circunscribe a la edad que tengamos, sino también a la regeneración de ideas. Hay gente de avanzada edad con ideas muy nuevas y gente joven con ideas muy antiguas. No hay que quedarse en la fachada, la renovación debe darse sobre todo en lo contenidos y en la forma de hacer las políticas.
En la lista de las autonómicas, Izquierda Unida parece apostar por los municipios con un número uno de Santo Domingo y un número dos de Nájera.
Consideramos que históricamente las organizaciones centran todo en Logroño y a veces es difícil ver la separación entre los dos ámbitos. Creemos que el trabajo que se hace en los municipios es fundamental, de hecho a día de hoy nuestra fuerza representativa reside en muncipios pequeños y medianos. Ese trabajo tiene que ser recompensado y esta es una manera de dar relevancia y dar una oportunidad para vertebrar la comunidad haciendo que no se focalice todo en Logroño. Hay que tener en cuenta las zonas rurales que tienen los mismos problemas que la capital e incluso agravados.
Uno de los principales problemas de esas zonas rurales es el éxodo de la juventud.
Dentro de los problemas que compartimos en todos los municipios hay uno propio del mundo rural: la gente joven con preparación no encuentra modo de vida para desarrollarse y muchos acaban emigrando a la capital, a otras ciudades del país o incluso al extranjero. Y el otro problema del medio rural es el envejecimiento de la población. Muchos municipios tienen una media de edad de 70 años o más y no se están aplicando políticas contra esa despoblación que es un problema más cercano de lo que parece.
Con esta candidatura das el salto de la política municipal a la autonómica. ¿Cuáles son para ti las diferencias?
Son ámbitos distintos pero tienen una relación absoluta. Muchas de las medidas que se aplican como reglamentos, programas de servicios sociales o normativas, tienen que estar encuadradas y subeditadas al reglamento de la comunidad autónoma. Por lo tanto, el funcionamiento tiene que ser muy parecido.
Lo que diferencia el trabajo en una institución o en otra depende de la voluntad democrática del conjunto de fuerzas presentes. Si nos encontramos con mayorías absolutas o gobierno en coalición que funcionan igual que una mayoría absoluta, hay poco que hacer. Si optan por notosotros y dan voz y voto a otras minorías, puede haber un cambio muy profundo en la renovación de las instituciones, dando protagonismo a la ciudadanía.
¿Aspira a vivir de la política?
En absoluto. Pero hay que tener claro que da la dedicación a lo público es un trabajo y nosotros tenemos claro que ese trabajo debe estar remunerado y digno porque a veces se confunde de forma interesada el reconocimiento del trabajo de una persona que se dedica a lo público con los privilegios. Eso hay que separarlo. Somos contrarios a cualquier privilegio dentro de la política y también de cara a la sociedad, con la menor desigualdad posible entre ricos y porbres.
¿Cree que tendemos hacia una sociedad de esas características en la que se ve mermada la clase media y se abre cada vez más la brecha entre ricos y pobres?
Decía el 15M que la crisis era una estafa. Nosotros creemos que ha habido una estafa previa al engañar a la población, a los pequeños autónomos y asalariados a creer que son clases media. Lo que se ha hecho es empobrecer en un lustro a esas pequeñas capas de la población. Nuestro afán es combatir ese modelo de sociedad donde exista un Amancio y cientos de miles de pobres de solemnidad que sólo reciban una ayuda de caridad en un estado debil.
¿Se ha llevado alguna sorpresa durante tu etapa como concejal? ¿La política desde dentro difiere mucho de lo que se ve desde la barrera?
Desde dentro es mucho más sencillo de lo que se quiere trasladar al conjunto de la ciudadanía. Hay un mensaje de 'no te involucres porque es muy complicado, no hagas política que yo la voy a hacer por ti'. Ese es el error, la gente se tiene que implicar y ver que son cosas sencillas. Se trata de detectar un problema, buscar soluciones y aplicarlas. Es algo muy elemental. Y viendo los movimientos que se están generando en todo país, creo que la gente está en esa dirección de involucrarse.
Muchas veces se tacha, sobre todo a los partidos de izquierdas, de ver muy fáciles esas soluciones que en la práctica pueden resultar incluso utópicas.
Pueden decirte, 'usted es un utópico', y yo les respondería 'por supuesto'. Porque la utopía es apostar por lo que debería ser, la mayor justicia, igualdad. No es lo mismo que la quimera, porque la quimera es lo imposible. Nosotros somos utópicos porque somos personas y el ser humano, el día que deje de ser utópico desaparecerá. Si no aspiramos a una mejora a todos los niveles de la vida no avanzaríamos. Sabemos que gobernar no es sencillo pero muchas veces hay medidas concretas que no se aplican por voluntad política como no pagar un medicamento a enfermos crónicos, porque el gasto que generaría puede ser retirado de otras partidas menos necesarias.
Centrándonos en el programa de Izquierda Unida, la defensa de la sanidad pública es uno de vuestros ejes fundamentales. ¿Qué opinión les merece la gestión sanitaria que se está llevando a cabo en La Rioja?
Hay que ser claro y duro en el mensaje. El PP está intentando convertir la sanidad, el derecho a la vida, en un negocio en el que lo único que hacen es lucrarse sus amigos. En este caso además esos amigos son la ultraderecha, una empresa trufada de representantes de escasa reputación democrática. Nosotros pensamos que la sanidad es una pieza fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad, símbolo del mayor avance de España en los últimos 50 años.
En el caso de llegar a las instituciones, recibirían una herencia de convenios atados durante muchos años con esa empresa a la que se refiere. ¿Cómo gestionaría esos contratos?
Izquierda Unida tiene claro que todos estos convenios, contratos, concesiones y partidas presupuestarias tienen que ser estudiados con detalle para ver quién se está beneficiando y si el dinero público se concede a lo que se dice. Y lo mismo que se ha podido conceder determinado servicio, pensamos que existen los mecanismos legales para recuperar esa gestión y esos recursos para el conjunto de la ciudadanía. Sabemos que no es fácil pero depende de la voluntad de la gente, de su voto y su movilización. Nos han robado aquello que es de todos y tenemos que recuperarlo y en eso no hay otra posibilidad, cueste lo que cueste. Y creemos que va a haber mucha gente que va a estar con nosotros en este fin, no vamos a estar solos.
Además de la sanidad y la educación, ¿cuáles son otras líneas de su programa?
Una pieza fundamental son los servicios sociales. La política actual busca convertirlos en una especie de organización caritativa pero nosotros defendemos unos servicios sociales dependientes de la administración y que sean una garantía de dignidad, y no convertirlo en una ONG.
También apostamos por una defensa clara del medio ambiente, apostando por un desarrollo del tejido empresarial que sea respetuoso con el medio ambiente.
En materia de participación ciudadana siempre hemos dicho que hay que democratizar al máximo las instituciones. A día de hoy es fundamental apostar por la participación como la mayor garantía que tiene la ciudadanía para combatir la corrupción.
Ya ha anunciado IU que están llevando a cabo algunas conversaciones con partidos y colectivos de cara a una posible convergencia electoral en las autonómicas. ¿Nos puede avanzar algo más? ¿En qué punto están las cosas?
Nos mantenemos en ese planteamiento. Historicamente siempre hemos mantenido que tal vez nosotros solos no somos suficientes para el cambio solos pero sin nosotros el cambio real no es posible. Y en eso estamos. Toda la movilizacíon que se ha producido en los últimos años nos indica que es el momento de ser generosos, tender puentes, dar la mano, y en eso hemos estado y estaremos. Pero no es una decisión nuestra, nosotros no tenemos nada que meditar porque IU apuesta claramente por la agrupación para cambiar las cosas en base a un programa y unas propuestas concretas.
Estamos también en un momento en el que las siglas entran en el debate político. ¿Cuáles son las directrices en Izquierda Unida? ¿Hasta qué punto hay que someterse a los mandatos de Madrid para configurar las estructuras en las comunidades?
Yo tengo muy claro que mi organización toma todas las decisiones de forma democrática y participada por el cojunto de las personas que se adscriben al proyecto. El apego a las siglas o al aparato es un debate interesado en mi opinión. Yo no pertenezco a IU porque me gusten más o menos su logotipo o sus siglas sino porque considero que es la mas útil para cambiar las cosas y eso hay gente que no lo tiene claro y repudian las siglas del contrario pero ponen las suyas por encima de todo.
Que tengamos una adscripción nacional y con otros territorios, creo que enriquece. En una situación como esta, intentar pensar que mirándose el ombligo podemos hacer algo es un error. Se ha visto con las elecciones en Grecia, que tienen una tienen una repercusión importante y afectan también a España. Otra cosa es que queramos defender a nuestros vecinos, a nuestro territorio, pero se demuestra que los que venden la independencia absoluta con otros territorios, al final pactan con partidos que más dependen de la centralidad del Estado.
En cuanto a los posibles pactos post-electorales, ¿hay alguna directriz marcada en Izquierda Unida?
Tenemos una premisa clara que inauguró julio Anguita: programa, programa, programa. IU nunca se ha negado a pactar con nadie pero siempre en base a propuestas concretas que no pueden pasarse por alto. Además no depende de nosotros solos sino del apoyo que los ciudadanos quieran dar a cada fuerza y en base a ello se puede apostar por unas mayorías u otras.
¿Cómo valora el debate parlamentario riojano y qué cree que podría aportar en este sentido?
Voy a ser muy duro, creo que es un debate inservible. Independientemente de lo que se proponga en el Parlamento, hay dos grupos anulados por completo. Es un rodillo permanente y no tiene ninguna utilidad. Si hiciéramos una encuesta entre la población valorando lo que aporta el Parlamento, seguro que el resultado sería muy negativo. Si conseguimos acabar con las mayorías absolutas de Pedro Sanz y el PP y abrir instituciones a otras fuerzas alternativas con políticas más solidarias e igualitarias, eso es lo que podemos aportar, un aire de frescura, de regeneración y democracia a una institución que la Ley Electoral ha secuestrado durante veinte años.