Agustín Abadía, y con él su plantilla, han comenzado a respirar. Los 41 puntos que ha acumulado el Logroñés a lo largo de la temporada son todo un aval para afrontar los cinco últimos partidos de la temporada con garantías de supervivencia. Pese a todo el técnico blanquirrojo quiere alejar cualquier triunfalismo de sus hombres y recuerda que el peligro aún es real: “la tranquilidad hay que mantenerla, pero el peligro de bajar aún está ahí”, señala.
Y es que después de una temporada “difícil”, el de Binéfar no quiere que todo el trabajo se venga abajo en las últimas jornadas: “Estamos mejor que siete u ocho equipos, pero no sabría decir si es mejor estar como estamos o un poco más apurados, para mantener la tensión”. Esa tensión de la que habla Abadía es la que, en los momentos más complicados, cuando el equipo, además de no cobrar mantenía un duro cuerpo a cuerpo con el descenso, les permitió seguir vivos y no caer en el fondo de la tabla. “Ha sido una temporada difícil. Todo ha sido complicado para los jugadores que han sabido sacarlo adelante, pero ahora hay que pensar en el próximo partido y sumar los tres puntos”.
Entre esas dificultades está la de dirigir al equipo desde la grada, aunque mitigada por “el gran cuerpo técnico” que hace de puente entre él y los jugadores. “Lo peor es que lo tengo asumido”, se lamenta Abadía aunque no oculta su deseo de volver a pisar el césped: “A ver si antes de que acabe la temporada puedo estar en el banquillo”. En principio, y salvo novedad que no se espera, el domingo volverá a ver el partido tras la barrera. Será a las 12.00 horas ante el Guadalajara y con las cámaras de Castilla-La Mancha televisión en directo. “La hora no afectará a los jugadores. Seguro que se adaptan bien al horario y hacen bien su trabajo”, argumenta. Se sobrepondrán al horario y también a las lesiones, una circunstancia que en ningún caso sirve como excusa para Abadía: “Eso le pasa a todos los equipos y no sirve para justificarnos, aunque es cierto que con una plantilla más amplia...”.
Y en la recta final de la temporada Abadía prefiere no hacer quinielas sobre quien acabará perdiendo la categoría. “Los que lo tienen más complicado son los equipos que ahora están en puestos de descenso”, explica, “y sumar puntos va a ser muy complicado. A priori hay partidos fáciles, pero luego sales a jugarlos y todo es muy complicado”.
Dentro de esa categoría de partidos fáciles podrían encajar los enfrentamientos ante Osasuna B y Bilbao Athletic que deberán afrontar los blanquirrojos. Pero con todo en el aire, probablemente hasta la última jornada, mantener la intensidad se perfila como la mejor solución para evitar sorpresas desagradables.