El 21 de junio de 1964, el estadio de fútbol Santiago Bernabéu de Madrid estaba abarrotado de españolitos bajitos y con cara de hambre. Era verano, los veranos de antes y bajo palio, un señor bajito y calvo observaba las jugadas de la Selección Española. Francisco Franco, el Caudillo, celebraba esta cita deportiva europea con un lema: “Los 25 años de paz en España” Todo olía a dictadura y al eterno enfrentamiento contra los “rojos”. De hecho, era Rusia, “el diablo comunista” el enemigo a batir.
El 29 de junio de 2008, los españoles corean gritos de ánimo a su Selección en Viena, Austria. Una ciudad a la que muchos han llegado en avión y en la que se desenvuelven con más o menos soltura en inglés, aprendido seguramente en la Secundaria o la Universidad. Los alemanes esperan batir de nuevo a los españoles. La Historia está de su parte. En los palcos, miembros de la Familia Real Española, posiblemente el Príncipe y su esposa, una joven ex periodista divorciada, acompañan a los representantes del gobierno socialista español. España no tiene nada en contra de los alemanes, son casi compatriotas, porque con ellos forman la Unión Europea. Pero, evidentemente, quieren ganar.
Estas son las dos caras de una España en la que el tiempo ha hecho mella. La cara y la cruz, no ya de la vieja “rubia, la peseta”, sino del reciente y brillante euro. Desde 1964 hasta 2008, han habido muchos cambios.
En primer lugar, el fundamental: Franco ya no está. España es una democracia, una Monarquía Parlamentaria que forma parte de la Unión Europea desde 1986. De hecho, España intentó entrar dentro de la Unión en la década de los años 60, pero por razones políticas no pudo. Franco gobernaba con mano de hierro el país, y sin embargo no pudo evitar que los aires frescos de Europa entraran por nuestra costas.
En 1964, España comenzaba a ver la luz a través de un desarrrollo económico motivo por los tecnócratas del Opus Dei que entraron en el gobierno franquista. Aquel verano, las playas se llenaron de turistas, la verdadera revolución cultural española. Frente a las encorsetadas mujeres de la época, llegaron las suecas, bellezas rubias que lucían minúsculos trajes de baño y que contaban cómo se vivía en un país democrático.
Hoy España viaja a todos los continentes del mundo. Es un país que recibe turistas, que sigue siendo su principal apoyo económico, pero los españoles también se han convertido en unos “guiris” más de Europa. Sus mujeres, y hombres, ya no esconden la piel en trajes de baño imposibles, sino se practica el “top -less” y en algunas playas españolas el nudismo integral. Y es que la Iglesia Católica, garante moral de la España de 1964 prohibía y decidía sobre las costumbre de los españoles. Hoy, la Iglesia tiene un papel mucho más secundario, y la moda o los medios de comunicación marcan la tendencia.
Por cierto, que en 1964 hablar de últimas tecnologías se reducía al nuevo motor del Seiscientos. Los españolitos se conforman con seguir la Eurocopa por la radio o por una televisión en blanco y negro. Hoy, Internet ofrece posibilidades infinitas de información. Solo con buscar en Google, la palabra Eurocopa 2008, casi ocho millones de páginas te ofrecen miles de datos.
Mañana en el estadio austríaco Inssbruck, sonarán los himnos de las dos selecciones que han pasado a la final. El español sin letra, aunque hace 44 años sí la tenía. Como también tenía en su bandera el Aguila Negra de Una, Grande y Libre. Pero hoy, la bandera constitucional refleja en su escudo la España de las Autonomías.
En 1964, poco más de 30 millones de españoles seguían con la oreja pegada a la radio el partido. Hoy más de 45 millones lo verán en pantallas de plasma gigantes. La afición española de 2008 está llena de colores: ecuatorianos, pakistaníes, rumanos, marroquíes o nigerianos comparten la emoción con catalanes, vascos, navarros, valencianos, andaluces y riojanos. España es ya un país receptor de emigrantes, cuando en 1964 marchaban de las estaciones españolas miles de hombres y mujeres con destino a Alemania, Suiza o Francia, para trabajar.
Así pues, las porras de hoy se hacen en euros, nueva moneda para España y la vieja peseta de 1964 es casi un reliquia.
España de ayer y de hoy, llena de contrastes y diferencias. Dos formas de vivir el fútbol. Esperemos que la gesta del 64 se repita en 2008.