Gorka Esteban consigue el título de campeón del cuatro y medio tras protagonizar una emocionante remontada sobre Erik Jaka
La peña El Calzón de Ezcaray, se caracteriza por su ruidoso y divertido modo de animar a los pelotaris de su pueblo. Además de canciones dedicadas específicamente a cada jugador, de vez en cuándo entonan una famosa ranchera, El Rey: “Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la Ley…, pero sigo siendo El Rey”. En la final del cuatro y medio de promoción, la afición ezcarayense entonó por primera vez El Rey tras el 8 a 13, en plena remontada del delantero riojalteño.
Por entonces el partido estaba cambiando de signo: Jaka que se había escapado 12 a 4 tras un arrollador comienzo, estaba en pleno declive. En cambio Gorka, apabullado en la primera parte de la final, iba recortando poco a poco la desventaja con constancia, trabajo eficaz, y acierto.
Gorka rehuía el cuerpo a cuerpo de aires, una estrategia que al principio parecía equivocada, pero que a la postre se demostró exitosa: Al alargar los tantos, y a pesar de que Jaka sumó las primeras tacadas, lo que consiguió el riojano fue agotar a su rival, de manera que en la última parte de la final el mayor de los Esteban dominó claramente.
Jaka, más errático que en el inicio, aún conservaba la iniciativa en el marcador. Gorka había logrado empatar a 15, pero el guipuzcoano volvió a alejarse 17 a 15 y 18 a 16. El de Ezcaray, muy bien sujetado por su botillero Goyo Hernando, no se fue del partido. Y entonces de nuevo sus paisanos entonaron El Rey. ¿Les escuchó el riojano? No se sabe, pero a partir de ese momento ya solo hubo un pelotari en la cancha, Gorka Esteban: Con la afición riojalteña forzando la garganta, Jaka falló el remate a vuelta de resto (17-18); Tanto largo y enredado, con cortadón de zurda (empate a 18); La primera ventaja de Gorka (19-18), de flojo saque que se envenenó en la pared izquierda; Jaka dominando, pero falla el remate definitivo (20-18); Error de Jaka al resto (21-18); y apoteosis final (22-18), cuando Gorka lo bordó en el último tanto (saque-gancho-volea). Gorka Esteban, el Rey de la jaula, categoría de promoción.
Datos, detalles y declaraciones
Gorka: 11 remates y un saque, 6 errores (dos al fallar en el resto)
Jaka: 11 remates y un saque, 10 errores (uno de pasa y tres de fallo al restar)
La labor de los botilleros no suele considerarse demasiado relevante para el devenir de los partidos mano a mano. Pero hay ocasiones en los que son imprescindibles para el triunfo de su pupilo. Así es el caso de Goyo Hernando con Gorka Esteban: Desde que forman dúo de botillero y pelotari, el juego del delantero ezcarayense se ha serenado, ha adquirido una firmeza inquebrantable, una dureza mental clave para su gran triunfo en la jaula. Buena elección, y enhorabuena a ambos por el buen equipo que hacen.
La elección de los descansos también es otro elemento ajeno al propio juego fundamental en los envites individuales. En la final del cuatro y medio de promoción Gorka solicitó los dos primeros en pleno vendaval de su rival (tras el 4 a 2 y el 9 a 4). Jaka, en cambio, no pidió el primero hasta el 13 a 7. En su momento no lo pareció, pero analizando lo ocurrido se ve que era un instante extraño: En primer lugar, porque el tanto lo había conseguido él (raro es que un pelotari que acaba de ganar un punto solicite descanso, generalmente lo hace el que lo acaba de perder); Segundo, porque el tanto anterior se había producido el primero de los descansos a los que obliga la ETB para sus promociones; Y, tercero, porque Gorka ni siquiera se sentó.
A pesar de seguir por delante en el marcador, Jaka solicitó otros dos descansos después de los tantos 15-11 y 15-15. En ninguno de ellos se sentó Gorka, lo que evidenciaba qué pelotari estaba sufriendo el peligroso “esguince pulmonar”.
La ETB reclama parar el juego también cuando se llega al cartón 18. De nuevo parón, cántico de El Rey desde la grada, y ahí que se quedó clavado el subcampeón. Su botillero intentó sentarle en varias ocasiones de ahí al final, pero ya no quiso volver a visitar el espacio de descanso.
En la rueda de prensa Erik confesó que los descansos no le habían venido nada bien, sobre todo el primero de la ETB tras alcanzarse el tanto número 12. Dijo que salía de ellos con las piernas agarrotadas. ¡Qué cosas! Jaka agradeció el ambientazo registrado en el Adarraga, ponderando sobre todo el respeto con el que se trataron ambas aficiones: “Se han portado de 10, no han faltado en ningún momento al respeto, sino que cada uno animaba a su pelotari”. Cierto, así fue. Un 10 por tanto para el respetable.
También tras la entrega de premios compareció Gorka ante los plumillas. “Cuestión de patas”, vino a decir el mayor de los Esteban: Al final él tuvo “mejores patas”, y gracias a este dominio físico pudo consumar la remontada y calzarse la boina de campeón.
El de Ezcaray metió en el saco de los agradecimientos, además de los tradicionales amigos y familiares, a su botillero y al intendente de Aspe Jokin Etxaniz: “Los que más han confiado en mí y peleado por mí”.
Con honestidad, Gorka reconoció también que el saque es su gran asignatura pendiente. Tarea tiene, sobre todo teniendo en cuenta que se ha ganado jugar el año próximo en la jaula con los primeras….
En el prolegómeno de la final, floja actuación de David Merino, aquejado de problemas físicos en un gemelo y en su portentosa zurda. De hecho, el fenómeno de Villar de Torre acabó acompañando la pelota cuando le tocaba jugar con la siniestra. Adelante tuvo al potente pero menos ofensivo Ezkurdia, quién tiró de orgullo para maquillar la derrota alcanzando el 17 ante los solventes Berasaluze II y Untoria. “Pablito” marcó terreno con 10 remates, mientras que atrás el najerino Álvaro Untoria ofreció la solvencia que le acompaña durante todo el 2015.
En el postre, claro triunfo de Jaunarena y Miguel Merino sobre Víctor y Larumbe por 18 a 10. Poco favor hace Asegarce programando en terceros partidos al pequeño de los Esteban. El que se lució con una fresca pegada de derecha fue el mayor de los Merino.