Resulta relativamente habitual que, a través de sencillos programas, alguien pueda acceder a las claves de la red wifi de tu casa y utilizar así tu acceso a internet sin que le cueste un sólo euro y restándote a ti velocidad.
Estos son los cuatro pasos a seguir que apenas llevan cinco minutos:
- Accede a la configuración de tu router (Escribe 192.168.1.1 en la barra de direcciones de tu navegador web. El usuario y contraseña seguramente lo podrás encontrar en una pegatina en el propio router)
- Cambia la contraseña del router y establece una que sea segura y sólo conozcas tú
- Cambia también totalmente el nombre de la red wifi (SSID) y la contraseña de la red wifi (ya sabes, al menos 10 caracteres entre números, letras, signos, mayúsculas y minúsculas)
- Selecciona el método de autenticación WPA2 PSK
De esta forma se consigue una red mucho más segura, con más barreras para los hackers.