Introducir el número de chip al registrar a una mascota pasa a ser obligatorio

El Gobierno riojano ha modificado el decreto que regula el Registro de Identificación de Animales de Compañía (perros, gatos y hurones) para que sea obligatorio introducir el chip.

Tal y como ha explicado el consejero de Presidencia, Emilio del Río, hasta ahora, en ocasiones, el registro de las mascotas se hacía introduciendo los datos del dueño pero sin registrar el número de chip (dado que esto último no era obligatorio).

Esto hace imposible localizar el animal en caso de extravío, o maltrato, por eso, hoy, el Consejo de Gobierno ha aprobado introducir la obligatoriedad dentro de un clima de colaboración con los veterinarios (que son quienes ponen el chip y registran el animal).

La modificación de este decreto pretende crear y regular el Registro de Códigos de Identificación (RCI) como un fichero dependiente del Registro de Identificación de Animales de Compañía (RIAC).

En él se almacenarán los datos proporcionados por los veterinarios colaboradores relativos a los códigos de identificación de los 'transpónder' -microchip- adquiridos para la identificación de estas especies animales.

El objetivo de esta medida es aumentar el control y la trazabilidad de los chips utilizados por los veterinarios en la identificación de estos animales, con el fin de lograr una mayor efectividad en el cumplimiento de la normativa.

El RIAC es un servicio que permite el registro de datos de animales de compañía, ya sean perros, gatos o hurones, a los que previamente se les ha introducido un microchip identificador.

Esta herramienta ofrece información sobre los datos registrados del animal, su propietario y el veterinario responsable de la identificación. Además contiene una lista de los veterinarios que colaboran en el mantenimiento de este sistema.

El RIAC ofrece un censo actualizado de los animales de compañía en La Rioja, que en la actualidad asciende a más de 16.000 ejemplares. De ellos, cerca del 90% son perros, el 9% gatos y menos de 1% hurones.

Este censo resulta imprescindible para promover campañas de vacunación o programas de control de enfermedades que mejoren la sanidad animal y, por tanto, la salud pública.

Además, posibilita la inmediata localización del propietario en caso de pérdida o robo, exigir responsabilidades por daños a terceras personas o proteger los derechos de los animales en caso de abandonos o maltratos.