Esto pinta mal. El descenso queda muy cerca, a 2 puntos. Las sensaciones, mejoradas en los últimos encuentros, no son las más óptimas para afrontar 13 finales a cara de perro (ojalá transmitiera la UD Logroñés que se está jugando la vida en cada lance). No queda otra que cambiar la línea argumental porque se está comprobando que con la actual no va a ser suficiente. Frente al Málaga se perdió 0-1 con dos partes distintas. Una, en la que los riojanos estuvieron un punto por encima (apenas una ocasión clara de Paulino) en la iniciativa, pero se marcharon al intermedio con el marcador en contra debido a un despiste clamoroso en la defensa de un saque de esquina en las postrimerías del primer acto. Y un segundo tiempo en el que los blanquirrojos se mostraron incapaces, mostrando una cara triste sin recursos ofensivos (ni un tiro entre los tres palos) sobre el césped más allá de acumular efectivos en ataque pero sin ningún criterio. Es más, los riojanos estuvieron a merced de un conjunto malacitano que sabían en todo momento lo que hacer para estar tranquilo y disfrutar de oportunidades para haber ampliado la cuenta.
Sergio Rodríguez, como de costumbre, modificó su once. Hasta cuatro jugadores recuperaban su lugar entre los titulares. Miño -héroe del ascenso y ausente bajo palos muchas jornadas debido a su lesión-, lo hacía por el ‘tocado’ Santamaría (relegando a Dani Giménez a tercer portero), Clemente goza de más confianza que Bobadilla, Rubén Martínez por Medina (para así recuperar a Iñaki como lateral zurdo) y Paulino (por Roni), ya sin molestias, para percutir por un costado y dejar a Olaetxea y Nano Mesa como referentes ofensivos, de manera que los otros tres ‘9’ (Roni, Leo Ruiz y Ander Vitoria) esperaban su oportunidad en el banquillo. Variantes para buscarle las cosquillas (ir un poco más arriba a la presión) y, sobre todo, resguardarse de un Málaga al alza en los últimos encuentros.
Salvo la primera incursión de los malaguistas -en Las Gaunas de amarillo-, se puede decir que la UD Logroñés manejó el control del juego que más le beneficiaba para no sufrir ningún contratiempo atrás. Así, desde el robo, con un Rubén Martínez muy activo, el cuadro blanquirrojo fue creciendo para ganar en confianza en la posesión y metros en lo territorial. En este sentido, Paulino disfrutó de una gran oportunidad en el arranque después de una recuperación del menorquín, ligero toque de Nano Mesa y dejada abriendo las piernas de Olaetxea para que el cántabro chutara con potencia. Juan Soriano, bien colocado, repelió el tiro con el pie.
Una acción que hizo pensar a los de Sergio Pellicer y que activó a los locales. A ello se sumaron las posibilidades que ofrece Iñaki desde el lateral, ya que el bloque logroñés sabe que por ese costado siempre puede atacar, para lo cual atrae por el otro perfil para después desahogar con un cambio de orientación hacia la izquierda. Otra cosa es que después de los centros del calagurritano no sean precisos, pero la idea está ahí. Incluso el balón parado asusta a los rivales con el riojano en la ejecución. Como se comprobó con el remate de Paulino, de espaldas y con poca fe. Precisamente, el extremo buscó la asistencia con un centro al segundo palo para que Rubén Martínez, lanzándose, cazara el tanto. Pese a que el remate fue estéril, no llegó por poco, la acción quedaba invalidad por fuera de juego de Nano Mesa, que buscó la pelota. Con el susto en el cuerpo, el Málaga trató de enfriar el ritmo con más posesión, sin avanzar, pero distrayendo a los riojanos para que tuvieran que estar más pendientes de correr detrás del balón que de pensar qué hacer cuando lo recuperan.
Con esa dinámica, los boquerones encontraron el premio de la casi la nada. Córner (evitable por el capitán), remate en el primer palo de Caye, balón suelto en el segundo para que Rahmani, habilitado por Iñaki, marcara gol. Así es el fútbol. Se pierde un instante la concentración y llegas al descanso con 0-1, con cara de tonto por haber propuesto más que tu rival para ir por delante en el resultado (por lo menos no encajar), pero te vas por debajo y con las urgencias por mejorar las prestaciones en el marcador.
La segunda mitad comenzó con Bobadilla en el campo por Clemente y con un Málaga más convencido de lo que debía hacer para evitar que su oponente estuviera cómodo. De ahí que Sergio Rodríguez moviera ficha rápidamente con Leo Ruiz por Olaetxea (bastante errático en algunas entregas). Sin embargo, nada varió. Al revés, los malacitanos continuaban a lo suyo, presionando arriba para obligar a que la UD Logroñés sólo pueda lanzar balones largos que no iban a ninguna parte para los blanquirrojos.
Así que Sierra y Siddiki aparecían en el campo por Petcoff y Rubén Martínez. Modificaciones, las cuatro empleadas, de hombre por hombre sin que se acusara mejoría ni en el juego ni en la confianza para poder remontar, o cuando menos neutralizar, el choque. Los riojanos estaban a merced de un Málaga controlador y que parecía estar en disposición de ampliar la diferencia con aproximaciones sobre un Miño que tenía que exponer en los balones aéreos para evitar el 0-2.
Ander Vitoria provocaba una excesiva acumulación de hombres ofensivos en las filas de la UD Logroñés, por lo que la única opción de intentar el empate pasaba por lanzar pelotas para ver si había suerte. Es decir, dejarlo prácticamente al azar. Es más, en la otra área sí que sucedían cosas, como una contra que culminaba Luis Muñoz con un tiro al larguero (con dudas de si entra o no en el bote) y una posterior mano de Álex Pérez (que no se revisó). Los minutos finales, por muchas ganas y prisas que mostraran los logroñeses (con Álex Pérez de ariete), pusieron sobre el tapete las carencias de un bloque que no sabe ir a remolque, que es incapaz de generar oportunidades (o incluso tirar a portería) y no ofrece garantías, a día de hoy, de poder librar la categoría dado su bagaje de 8 puntos de los últimos 48 en juego. Y eso que todavía cuenta con dos respecto al descenso.
Ficha técnica
UD Logroñés: Miño; Iago López, Álex Pérez, Clemente (Bobadilla, min. 46), Iñaki; Paulino (Ander Vitoria, min. 77), Andy, Petcoff (Sierra, min. 64), Rubén Martínez (Siddiki, min. 64); Olaetxea (Leo Ruiz, min. 54) y Nano Mesa.
Málaga: Juan Soriano; González, Mejías, Juande Matos; Jozabed (Benkhemassa, min. 89), Escassi, Luis Muñoz; Joaquín (Jairo, min. 70), Caye (Loren, min. 81) y Rahmani (Cristo, min. 89).
Gol: 0-1, min. 44: Rahmani.
Árbitro: Saúl Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Petcoff (min. 5), Bobadilla (min. 73) por la UD Logroñés y a Escassi (min. 20), por el Málaga.
Foto: UD Logroñés