Con la Navidad cada vez más cerca, la Asociación de Belenistas ultima los detalles de cerca de 18 belenes que expondrán en las próximas fiestas. Fue en febrero cuando la asociación, compuesta por treinta personas, comenzó a trabajar en las nuevas figuras. “Casi hemos tenido quince días de vacaciones”, bromea Luis Javier Jiménez, su presidente.
Desde la idea hasta el montaje, los belenistas se van repartiendo las tareas, según su especialidad, desde el diseño, el labrado del poliespán o la pintura. “Nos vamos complementando los unos a los otros”.
A lo largo de esta semana prevén acabar las labores para comenzar con los montajes. “Tenemos la suerte de que nuestro trabajo gusta a todo el mundo y se tiene la ilusión de que lo va haber mucha gente y disfrutar, te da mucho ánimo”.
Desde la Asociación, lamentan que desconocen dónde tendrá lugar este año la exposición, estando negociando con Comunidad Autónoma y Ayuntamiento, desde dónde afirman estar teniendo conversaciones para intentar dar con el lugar perfecto, aunque está resultando complejo. Jiménez enfatiza en la necesidad de tener un espacio amplio, en el que haya hueco para los Belenes y para sus visitantes. “El último año que expusimos en la ESDIR pasaron casi 45.000 personas”, apunta.
Una exposición que congrega, como explica, a familias enteras que aprovechan sus reuniones navideñas para visitarles. “Las cosas originales, diferentes, con tecnología 3D, llama la atención de los adultos, sin embargo los niños les gusta sobre todo las figuras de animales”.
Los belenes riojanos son también una de las obras más admiradas de la Asociación. Entre ellos destaca su Belén de 36 metros cuadrados, reproducción de Logroño y que lleva detrás tres años de trabajo, destacando la investigación sobre cómo era el Logroño de 1521, haciendo homenaje al V Centenario del Sitio. “Era una maqueta muy importante, con más de 5000 puertas y ventanas, luego la compró el Ayuntamiento, ya no como Belén, sino como maqueta de Logroño”
“La ilusión”, es el ingrediente que no puede faltar nunca en un Belén. “Después ya el Nacimiento y los Reyes Magos”, bromea. “Los Belenes son muy versátiles, puede admitir prácticamente todo, cuando hay ilusión, se nota, da igual que sea pequeño o grande”.