Dan Feldman, representante del Departamento de Estado norteamericano para Afganistán y Pakistán, afirmaba ayer, tras sobrevolar parte de la zona afectada, que Pakistán puede tardar “muchos meses, si no años” en recuperarse de los efectos de las inundaciones sufridas recientemente, las más graves en 80 años.
Felmand afirmó que permanecen bajo las aguas campos de cultivo, carreteras, puentes y centrales eléctricas, y que en estas circunstancias es casi imposible distribuir la ayuda humanitaria.
El representante del Departamento de Estado también se refirió al esfuerzo de asistencia que ha realizado Estados Unidos en el país. Sostuvo que helicópteros estadounidenses han evacuado a 8.000 personas y han transportado más de 720.000 kilos de ayuda humanitaria.
Según Felmand, el número de muertos en esta catástrofe oscila por el momento entre los 1.500 y los 1.600.
Posible empeoramiento de la situación
Naciones Unidas fija en unos 15 millones el total de damnificados y afirma que ya hay más de 200.000 casos de diarrea aguda diagnosticados y otros 250.000 afectados por otro tipo de enfermedades infecciosas como la sarna.
Evaluando los daños, la ONU considera que la población afgana necesitará aún más ayuda para recuperarse de esta catástrofe que Haití tras ser asolado por el terremoto de comienzos de año.
Del mismo modo, las agencias de la ONU que trabajan en el país, alertan del posible empeoramiento de las condiciones del sur del país ya que por el momento no se prevé el cese de las tormentas monzónicas.
El oficial de Información Pública de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Mauricio Graziano, indicó que concretamente la provincia de Sindh es hasta ahora la más afectada.
El mayor peligro actualmente, añadió Graciano, es que la crecida del río Indus en el sur del país acabe con el desbordamiento del mismo, que provocaría más inundaciones.
Alertó por otra parte, de que si las dificultades para hacer llegar a los damnificados la necesaria ayuda humanitaria persisten, podría registrarse una epidemia de enfermedades gastrointestinales a la que se sumaría la falta de alimentos y refugio.
La ONU también alerta de que de los 459 millones de dólares solicitados para ayudar a los damnificados, la comunidad internacional, hasta el momento, sólo se ha hecho cargo de 125. La insuficiente ayuda, afirma Naciones Unidas, puede llevar a una situación de hambruna a gran parte de los afectados.