La soberana británica no está dispuesta a que la opinión pública de su país considere a la monarca y a su familia como una banda de desocupados. Cierto es que por diversos conceptos: prestigio, interés turístico, marketing, las arcas del Reino Unido ingresas millones de libras esterlinas gracias a su Graciosa Majestad y familia, pero nunca está de más reforzar la imagen de una familia real que trabaja duramente por su pueblo.
Esa es la explicación de la reciente presencia del Príncipe Harry en Afganistan, quien, contra la opinión de algunos expertos en defensa, se trasladó al país en conflicto para cumplir con su deber como soldado. Pero no basta con los príncipes, las futuras princesas, como la mujer del César, también tienen que cuidar su imagen.
La reina Isabel II de Inglaterra considera que que Kate Middleton, novia del príncipe Guillermo, debería tener un trabajo antes de contraer matrimonio con su nieto, según informa el diario británico The Mail on Sunday. La Reina ha hablado con algunos amigos de confianza sobre cómo afrontar lo que se está llamando el problema Kate“, confesó una fuente al diario. ”Ella cree en una monarquía moderna y considera que los miembros de la Familia Real deberían dar ejemplo“, añadió.
Según el rotativo, la novia del príncipe Guillermo ayuda actualmente a sus padres en el negocio familiar Party Pieces, dedicado a la venta de todo tipo de piezas para las fiestas infantiles. A finales del 2007, Kate abandonó su trabajo en la cadena de tiendas de moda Jigsaw.
Entonces se habló de la posibilidad de que pudiera hacer unas prácticas de fotografía en Nueva York con Mario Testino, algo que no se llegó a llevar a cabo. Mientras tanto, Guillermo, el primogénito de Carlos ya ha iniciado su entrenamiento con la Marina Británica.
Se habla ya de planes de boda. Que la novia encuentre empleo o no, como demostró la madre del principe, la difunta Lady Di, no supone una garantía de felicidad ni estabilidad en el matrimonio. La Princesa del pueblo trabajó como au pair, y empleada de guardería. No se le caían los anillos cuando, si venía al caso, tenía que fregar el suelo, según señalaba su biógrafo, Andrew Morton. Algo de razón tendrá la Reina en sus cálculos, siempre fue y será considerada como la princesa del pueblo.