La Rioja Baja, tomada por los conejos

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En La Rioja Baja están acostumbrados a cruzarse con ellos en las carreteras o a encontrarse su “huella” en los cultivos. Los conejos son muy numerosos en esta zona y, sobre todo, en el entorno de la autopista AP-68, campan a sus anchas. En cualquier caso, el problema no tiene consecuencias tan graves como en la vecina Navarra, donde, también en la AP-68, los gazapos construyen guaridas en taludes y entran en la vía haciendo agujeros bajo las vallas, muriendo muchos de ellos atropellados.

Como han indicado varios expertos a Rioja2, son varios los motivos que explican la superpoblación cunícola en esta zona en concreto. Por un lado, no se puede cazar cerca de la autopista por seguridad (la Ley de Caza prohíbe portar armas a menos de 50 metros de carreteras y autopistas) convirtiendo este entorno en una zona segura para ellos.

Además, como detalla el biólogo Luis Martínez-Zaporta, el hecho de que se permita cazar zorros durante la temporada de caza no ayuda, ya que estos comen conejos y podrían contribuir a controlar la población. Eso sí, como detallan otros expertos consultados, el hecho de que haya tanta población de conejos sí que impide que se concedan permisos extraordinarios para cazar zorros. Se pueden cazar, por tanto, como una especie más y lo cierto es que, en la caza ordinaria, los cazadores van más a por otras piezas como perdices, conejos o liebres.

ZONA PROPICIA PARA CONEJOS

En cualquier caso, lo cierto es que la climatología y el hábitat de La Rioja Baja, con poco arbolado y forestación, hacen de esta zona el ambiente ideal para estos animales. Además, en esta época, en torno a primavera, acaban de criar, y los pequeños gazapos, como ocurre con otros animales como zorros o erizos, empiezan a salir de sus madrigueras, lo que hace que sea más visibles de lo habitual.

Como explica Martínez-Zaporta, “las poblaciones de conejos del valle medio del Ebro, que ya forman una una subpoblación diferenciada del resto de los conejos ibéricos, resistieron mejor el embate de la mixomatosis y la enfermedad hemorrágico-vírica, por lo que ya tenían buenas poblaciones para recuperarse antes de que les dejáramos sin depredadores”. Es una especie de caza considerada como 'preferente' casi ininterrumpidamente desde hace una década.

De este modo, al margen de las fluctuaciones naturales debidas al clima, la población en esas zonas es muy alta, aunque no llegue a superpoblación, ya que el medio tiene capacidad para albergar a todos esos conejos, explica el biólogo.

EN BUSCA DE UNA SOLUCIÓN

Retirar cadáveres de conejos se ha convertido en una tarea cotidiana para los técnicos de mantenimiento de la autopista en la ribera navarra, como indica Diario de Navarra. Desde la empresa concesionaria, Abertis, aseguran no tener constancia de que este problema exista también en la parte riojana o, al menos, no de forma tan acentuada como en Navarra o Aragón. Aquí no hay madrigueras ni agujeros, según Abertis, y es un problema “controlado”.

En cualquier caso, sí que provocan pérdidas económicas importantes a los agricultores riojabajeños en municipios como Quel, Aldeanueva de Ebro, Alfaro o Pradejón. Desde Medio Natural están facilitando permisos extraordinarios para atajar el problema, como han detallado a Rioja2. Los agricultores con cultivos afectados informan a la Consejería, que a su vez se pone en contacto con la Federación de Caza, a la que se le conceden autorizaciones especiales para eliminar conejos.

Sin embargo, otras voces apuntan a la necesidad de aumentar el número de depredadores para mantener a raya las poblaciones de conejos. “Zorros, comadrejas, garduñas, tejones y otros carnívoros no sólo disminuyen el número de herbívoros, sino que además les crean un estrés que les impide dañar severamente a la vegetación, en lo que se llama el ecosistema del miedo”, explica Martínez-Zaporta, para quien los únicos que podrían hacer un control efectivo de estas grandes poblaciones 24 horas al día siete días a la semana son los depredadores naturales.