El Ministerio de Igualdad ha lanzado una campaña de sensibilización contra la violencia de género en la que busca “la complicidad con los hombres” para que éstos “rechacen y aíslen socialmente” al agresor, según explicó hoy en rueda de prensa la titular de Igualdad, Bibiana Aído.
La campaña, que tiene como lema Ante el maltratador, tolerancia cero, aparecerá desde hoy hasta finales de año en televisión, radio, prensa, vallas publicitarias e internet. Esta iniciativa cuenta con un presupuesto de cuatro millones de euros.
Así, uno de los spots muestra, sin palabras, el rechazo social de los hombres ante un supuesto agresor. El anuncio concluye con la frase: Cada vez que maltratas a una mujer dejas de ser un hombre. “Se pone el énfasis en el aislamiento al maltratador, pero también quiere demostrar que la violencia no está vinculada al hecho de ser hombre sino la voluntad de dominar a la mujer”, apostilló la ministra.
El segundo anuncio pretende “ser un mensaje de reafirmación de los derechos, la autonomía y la capacidad de decidir” de las mujeres. En él, mujeres inmigrantes y españolas dicen mirando a la cámara: “Entro y salgo cuando quiero”, “soy como soy”, “estoy viva”, “visto como yo quiero”, “conozco mis derechos”, para terminar diciendo: “No se te ocurra levantarme la mano jamás”.
Según explicó la ministra, el tercer spot tiene como protagonistas a los menores que ven el maltrato en sus casas, hecho que tiene como consecuencia “alteraciones de conducta, retraso escolar, problemas de salud o conductas violentas de los niños”.
En el anuncio se ven menores que dicen frases como: “Sólo quiero ser un niño”, “no quiero tener miedo en casa”, “quiero dormir tranquila, sin escuchar ni gritos ni golpes”, “cateo porque no puedo estudiar”, “mamá hazlo por nosotros, actúa”.
Con esta campaña se deja de lado la publicidad tradicional sobre violencia machista, en la que normalmente aparecía una mujer con marcas visibles de violencia.
Por su parte, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, indicó que en la sociedad española “todavía hay demasiadas referencias culturales que tienden a minimizar las consecuencias de la violencia”. “Hay mucha tolerancia a los aspectos de dominación, imposición, exigencia y control de una persona, y tenemos que ser intolerantes con todos estos factores”, apuntó.