No obstante, el aumento mundial de las migraciones ha introducido las talasemias en muchas zonas donde originariamente no eran endémicas. Así, hoy en día, se trata de una patología que se da con más frecuencia, no sólo en las regiones mediterráneas, sino también en Oriente Medio, la India y el Sudeste Asiático.
En España se trata de una patología que afecta al 1-2 por ciento de la población y hay alrededor de un centenar de casos diagnosticados de talasemia mayor. “Aunque actualmente no existe un registro nacional de pacientes con talasemia en España y se está trabajando para conseguir que todas las provincias y todas la Comunidades Autónomas dispongan de registros homogéneos de talasemia para conocer la incidencia real y la distribución geográfica de esta enfermedad”, afirma Antonio César Cerrato, presidente de la asociación española de pacientes con este trastorno.
“Además”, añade Ana Villegas, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Clínico San Carlos “la llegada a España de inmigrantes procedentes de China, Centroamérica, África del Norte y África Subsahariana, donde la talasemia tiene una alta incidencia, va a convertir esta enfermedad en un problema de salud pública en los próximos años en nuestro país”.