La historia parece habernos demostrado que ha sido Dios quien ha escrito sus designios en nuestros destinos y en el del mundo entero.
Existe entonces un solo poder que puede cambiar el curso de la historia y ese es el poder de la oración, de los hombres y mujeres que creen en Cristo y que a lo largo de su vida demuestran su devoción y reverencia inquebrantables. La oración es la principal forma de acercamiento con Dios, para demostrarle nuestro amor y entregarle a él nuestras penas, preocupaciones, así como alegrías y triunfos.
¿Hay poder en las oraciones?
En los tiempos que vivimos hay muchas personas que se han convencido de que la oración es una más de las formalidades de la iglesia y que no constituye en sí misma la principal forma de acercarse a Dios, sino una tradición más para cumplir. Sin embargo, la oración es la mejor manera de comunicarnos y conectarnos con Dios padre.
La gran mayoría de las personas recurren a la oración solo en momentos críticos, de tensión, incertidumbre o peligro, cuando están desesperados. Ello a pesar de que una de las grandes enseñanzas de Jesús como hijo de Dios tenía que ver con la importancia de orar con fe y de manera ferviente.
La Biblia está llena de testimonios y relatos de personas cuyas oraciones recibieron respuesta, que cambiaron la dirección de la historia por medio de la oración; ellos rezaron fervientemente y Dios padre les contestó. Abraham, Ezequías, Elías y Lázaro son prueba de ello. También está llena de pasajes en los cuales Jesucristo enseña a sus discípulos a orar fervientemente y en repetidas ocasiones. Los invitó a orar sin cesar y es que este debería ser el lema de quienes le siguen, nunca dejar de orar sin importar lo desesperante que sea su caso, hay que persistir en el hábito de la oración, desde el corazón.
¿Cómo debemos orar?
De acuerdo a las enseñanzas de Dios, la oración es el principal instrumentopara acercarnos a él, pero entendiéndola como una práctica intima, solitaria, durante la cual centremos nuestra atención sin permitir que nuestros pensamientos divaguen, sin distracciones y con plena convicción de encontrar en él, sosiego, esperanza y la paz que tanto requerimos.
La Biblia también nos habla de la importancia de orar por la conversión de quienes han vivido en pecado para que Dios comience a obrar en sus vidas. Debemos orar con la fe y convicción de que Dios siempre habrá de responder a las peticiones sinceras, de quienes ponen su corazón en ello y confían en su promesa según la cual quienes creen recibirán todo lo que pidan en oración.
El milagroso poder de los salmos
Un salmo es una composición que se pronuncia o entona para alabar una divinidad. Los tradicionales del catolicismo y judaísmo han sido recogidos en varios libros del antiguo testamento y puede haberlos de acción de gracias, de sabiduría, reales, didácticos y en forma de himnos.
Los salmos son oraciones muy poderosos y al utilizarlas podemos tener la seguridad y certeza de que éstos obrarán a favor de quién tenga la razón. Lo más recomendable es rezarlos durante las horas del día, exceptuando los sábados que también puede hacerse de noche. Al rezar un salmo o cualquier otra oración es importante recordar, al terminar, dar gracias anticipadas por los favores recibidos
El salmo 91 es uno de los pasajes más importantes de todas las sagradas escrituras, conocido además de memoria por la gran mayoría de cristianos y católicos. Sin embargo, muchas veces se le ha interpretado de forma errónea lo que ha impedido que se le otorgue el verdadero significado de luz y de fe que en realidad posee.
A este se atribuye ser la protección más poderosa que pueda existir desde el punto de vista espiritual. Muchos lo han definido como una de las oraciones más bellas y atractivas de la Biblia y como la gran oración de la protección.