El Ayuntamiento de Logroño llevará al Salón Internacional de Turismo de Barcelona, que se celebra entre el jueves y el domingo próximos, un stand propio centrado en el Camino de Santiago y la calle San Juan, contando, entre otras actividades, con degustación de 5.000 pinchos, catas dirigidas y demostraciones de tonelería, botas y pastelería.
El concejal de Promoción de la Ciudad, Ángel Varea, presentó hoy esta presencia en la feria, “que adquiere mayor relevancia, porque Logroño acude como ciudad invitada, lo que supone un tratamiento especial, tanto con los medios de comunicación como por la presencia en los carteles de presentación de la feria”.
Varea recalcó el interés en acudir a Barcelona, donde se va por segundo año consecutivo, “porque es una feria diferente a Fitur, ya que, aquí los visitantes son finalistas, es el mismo público que luego va a venir de visita, es una relación más directa entre los expositores y los turistas”.
El stand, con un espacio de 360 metros cuadrados, contará con el “elemento que ya es nuestra enseña”, el botellero para 4.000 botellas de vino de Rioja. Se presentará el Centro de Cultura del Rioja, y, en el caso del Camino de Santiago, se expondrán las nuevas instalaciones del albergue, la Oficina de Información al Peregrino en los fielatos del Puente de Piedra, el Faro del Camino o la ruta guiada 'El Camino del Vino'.
Relacionadas con el mundo del enoturismo, se llevarán a cabo demostraciones de elaboración de botas, a cargo de Félix Barbero; de elaboración de barricas, por parte de la empresa Tonelería Murua, el viernes y el sábado; y de tratamientos de vinoterapia. Igualmente, se desarrollarán cuatro catas comentadas, a cargo de Bodegas Darien, Franco Españolas, Campo Viejo y Félez.
Habrá animación, por parte de Sapo Producciones, con dos representaciones, 'La familia del siglo XIX' y 'El charlatán del elixir del vino'. Un capítulo destacado tendrán también las fiestas de San Bernabé, con la presentación del cómic del Sitio de Logroño; y la demostración de pastelería logroñesa, a cargo de Pastelería Viena, el viernes.
Especial relevancia tendrá la calle San Juan. Según apuntó el presidente de la asociación de bares de la calle, Pedro Cárcamo, “es un reto acudir a Barcelona, porque se dirige al público final, al que va a venir, que apuesta sobre todo por la calidad y por todo lo que tiene que ver con el vino”.
Para ello, harán “un despliegue especial, un gran esfuerzo porque algunos de los establecimientos incluso van a cerrar para acudir a la feria”, con una degustación de 5.000 pinchos que se piensan repartir a lo largo de los cuatro días del Salón. Se une la edición de un folleto desplegable “con todos los locales y los pinchos que se pueden encontrar en la calle”.