La procesionaria ya está aquí. Al menos, ya se han empezado a ver algunos nidos en árboles del entorno del seminario de Logroño. La Asociación de Vecinos de Los Lirios ha advertido de este hecho en redes sociales, instando al Ayuntamiento de Logroño y a la Diócesis a controlar la plaga “para prevenir desgracias”.
Será en primavera, con la subida de temperaturas, cuando las procesionarias bajen del árbol para enterrarse en el suelo, donde formarán sus capullos para transformarse en adultos.
El problema es que la procesionaria es especialmente peligrosa para niños y animales cuando baja a tierra, ya que es cuando más posibilidades tienen de entrar en contacto con ella. Como indica el biólogo Luis Martínez-Zaporta, la procesionaria tiene una serie de pelos microscópicos cubiertos de una toxina que produce una gran irritación, dermatitis y sensación de quemazón en la persona o el animal que entre en contacto con ella. Lo normal es que no pase de esa dermatitis o inflamación, pero si se la comen, la inflamación de boca, nariz y garganta puede tener consecuencias terribles.