Un pleno municipal convertido en una trifulca entre lo público y lo privado

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Tres coches de Policía Local junto al Ayuntamiento de Logroño anunciaban una jornada intensa desde las siete de la tarde, al ambiente se sumó un retraso de 10 minutos por un problema en el suministro eléctrico. La sala de plenos fue redecorada con pancartas que colgaban de las gradas superiores, y carteles que portaban los asistentes. Arriba, los representantes de las guarderías privadas atacaban la construcción de los nuevos centros de educación infantil y el recorte de las 'chiquibecas' bajo el lema 'Nuevas guarderías municipales igual a 300 puestos de trabajo destruidos'.

Abajo, a pie de guerra en las gradas inferiores estaban los trabajadores de la lavandería del Servicio Riojano de Salud (SERIS) que mostraban su malestar ante la privatización del servicio con carteles que señalaban 'Privatizaciones igual a celadores en paro' o 'El Gobierno de La Rioja gestiona mal nuestra sanidad'.

Trascurridos los primeros minutos de la tarde, la retirada obligada de estas reivindicaciones escritas se convirtió en jaleo, alboroto y amenazas de desalojo. Cuando la concejal popular Mar San Martín hablaba sobre la reducción del presupuesto de las 'chiquibecas' en un 32 por ciento, los representantes de las guarderías privadas comenzaron a aplaudir a voz en grito: “¡No son públicas, son privadas!, ¡No son públicas, son privadas!”. La presidenta del Pleno, Sara Alba, tuvo que poner orden varias veces y amenazó con desalojar a una de las mujeres: “Si sigue con esa actitud señora, me va a obligar a que la desaloje de este pleno, y no es mi intención” espetó la presidenta.

Y es que el ambiente estuvo 'calentito' por las reivindicaciones de los asistentes que no fueron cortadas de raíz. El propio concejal de Economía, Vicente Urquía, se enfrentó a los gritos de: '¡No son públicas, son privadas!' defendiendo que la labor del equipo de Gobierno municipal es la apuesta “por el interés general y no el particular”. Además aclaró que el objetivo del Ayuntamiento de Logroño es crear una red de guarderías públicas, y recordó que han triplicado las ayudas de las 'chiquibecas', apoyo que permanecerá. No les debió parecer muy convincente los argumentos del salón de plenos a los defensores de lo privado porque abandonaron la sala sin esperar a la moción popular que pedía un aumento del presupuesto en estas polémicas ayudas...

EL ALBOROTO SE IMPLANTÓ EN LA SALA

Acabadas las réplicas del sector privado, todavía quedaba espacio sonoro para más quejas en la sala de plenos. Siempre después de las habituales entre los concejales de uno y otro bando. Cuando se abordó la moción presentada por el Grupo Municipal del Partido Riojano para instar al Ayuntamiento a exigir al Gobierno regional que no privatice el servicio de lavandería del Hospital San Pedro, llegaron las siguientes quejas de la tarde. Esta moción, que finalmente quedó aprobada con el apoyo del PSOE, no aportó serenidad al desarrollo del orden del día. En primer lugar, Francisco Riscado, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja trasladó las peticiones de los trabajadores y desempleados ahí presentes.

Pero los propios trabajadores defendieron su postura a voz en grito. La situación se caldeó cuando la popular, Concepción Bravo, afirmó: “sé que no les va a gustar pero esta privatización está bien hecha” en ese momento parte de los ahí presentes abandonaron la sala en signo de protesta dejando atrás gritos de '¡mentira!, ¡mentira!'. Frente a los argumentos de Bravo sobre la reubicación de 60 trabajadores en la empresa adjudicataria, el malestar en la sala era cada vez más patentes, incluso uno de los asistentes se acercó al puesto de Concepción Bravo para entregarle uno de los carteles reivindicativos, sin que nadie ni nada se lo impidiese.

Se sumó a la euforia la concejal de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Logroño, Pilar Criado, quien defendió desde su experiencia personal la postura de los celadores y criticó la precariedad laboral de la nueva adjudicación. Criado recordó que ella fue la primera en luchar contra la privatización en el servicio radiológico del Hospital San Pedro. Los gritos volvieron a recaer sobre la figura de Concepción Bravo quien aclaró que lo importante era perseguir el mantenimiento del fin último: el servicio. A lo que Criado añadió: “Donde no llega la empresa privada llegará la pública (…) porque con una sanidad no se negocia”.