Una solución de hormigón pulido ocupará la calzada de la Gran Vía

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Cinco años después la Gran Vía tendrá una solución a su continuo desgaste y deterioro. En julio comenzarán las obras de la retirada del adoquín y el mortero de apoyo que actualmente conforman el pavimento de la calzada y se cubrirá la misma con una mezcla de hormigón bituminoso.

A este hormigón se le aplicarán soluciones estéticas mediante un pulido o coloreada para evitar que tenga el clásico color negro para mudar así a un gris oscuro. El Ayuntamiento ha barajado diversas opciones que van desde la restauración del adoquinado y la reparación de los problemas derivados de humedades y aplicar un asfaltado de 2 a 3 centímetros de espesor propio de los carriles bicis y que no es muy utilizado en España pero sí en el norte de Europa.

Finalmente, el consistorio ha optado por levantar todos el adoquinado y mortero de la Gran Vía y asfaltarlo. Por ello, también desaparecerán las luminarias ubicadas en el centro de los cuatro carriles y que servían para delimitar la dirección de los mismos, aunque las luminarias laterales se mantendrán.

El coste de las obras es de 4054.928,96 euros, IVA iincluido, y se acometerán en los meses veraniegos de julio y agosto por dos razones: el tipo de material con el que se trabaja funciona mejor con temperaturas altas y en esos meses hay menos intensidad de tráfico debido al periodo vacacional. La ejecución de las obras tiene una duración de ocho semanas y mañana se aprobará el proyecto en la Junta Local para su adjudicación.

Durante esas ocho semanas, la Gran Vía sufría cortes en la circulación del tráfico. El concejal de Urbanismo, Pedro Sáez Rojo, ha asegurado que se intentará mantener al menso uno de los carriles de cada sentido para el transporte urbano público. Sin embargo, es muy posible que quede prohibida la circulación al resto de vehículos.

Además, Sáez Rojo ha adelantado que los adoquines que actualmente cubren los 8.000 metros cuadrados de la calzada de la Gran Vía serán sometidos a un proceso de limpieza y cepillado para se reutilizados en otras obras de urbanización de la ciudad. El Ayuntamiento espera recuperar 80% del granito de los mismo.

LOS MALES DE LA GRAN VÍA

Que la Gran Vía necesitaba una solución era evidente. La principal arteria de la ciudad arrastraba el deterioro de su calzada desde el inicio mismo de su inauguración en 2007. Y así lo especifica el informe sobre las patologías del pavimiento que elaborado la empresa Ciesm-Intevia de Madrid.

En dicho informe, la empresa ya señala tres problemas que generarían dificultades como la rápida apertura al tráfico, en menos de siete días, una vez ejecutado el sellado de las juntas con mortero y que eso ha podido afectar al comportamiento de la losa de adoquines. Además de la colocación de un tubo de canalización de alumbrado bajo las baldosas de granito de acuerdo con el proyecto pero que han podido debilitar la sección y por último, las rampas de transición son zonas débiles que exigen reparaciones continúas.

Según Ciesma-Intevia, el deterior de comprende 400 metros cuadrados con daños relativamente graves especialmente en el carril derecho que usan preferentemente los autobuses urbanos. Entre los tipos de deterioros están:

El hundimiento de adoquines en zonas de parata y arranque de vehículos, junto a las rejillas de drenaje y las zonas singulares como los arranques del tramo. Se trata de zonas hundidas en las que se ha perdido el mortero de las juntas y se han roto los adoquines.

También se observan movimientos en los adoquines y la rotura de las losetas. El estudio establece que el deterioro más grave de todos es el hundimiento de la loseta debido, en parte, a los daños en el mortero y a la capa de hormigón.

En el estudio se establece que el pavimento utilizado en la Gran Vía no es recomendable en zonas de tráfico rodado intenso, con cargas pesadas ya que precisa continúo mantenimiento.

Sáez Rojo ha señalado a varios culpables de los males de la Gran Vía. En primer lugar, el agua que penetra por las juntas de mortero y que va deteriorando poco a poco el granito en el que se apoya el mortero y por tanto, se produce el hundimiento de la loseta. Este problema, según el concejal de Urbanismo, precisaba un sellado periódico de las juntas de mortero para evitar el daño del agua y, por consiguiente, un mantenimiento adecuado de las canaletas de aguas pluviales.

El resto de culpables tiene nombres y apellidos para Sáez Rojo que ha señalado a los exconcejales Domingo Dorado, Concha Arribas y José Luis Prado por sus responsabilidades durante el anterior gobierno municipal. Saéz Rojo ha asegurado que la dejadez y el mal mantenimiento de la Gran Vía son deliberados y tenían motivos políticos.