Decenas de maletas acampan junto a la pared exterior del edificio de la estación de Autobuses de Logroño. No son de pasajeros habituales sino de trabajadores extranjeros, africanos en su mayoría, que llegaron a la capital riojana provenientes de La Rioja Alta en busca de trabajo en la vendimia y que la crisis unida a la mecanización del campo cada vez más extendida ha dejado en la estacada.
Se cuentan por decenas las personas que pasan el día e incluso duermen en los alrededores de la estación. No quieren ir a un centro y los que hay están sobrepasados. El consistorio ha tenido que adelantar la apertura del polideportivo Espartero, cercando a la estación, para dar cobijo a esta gente.
ADemás, el Ayuntamiento de Logroño ha pedido a los jornaleros que no se desplacen a la capital riojana porque “no van a encontrar trabajo aquí”, pero, a pesar de ello, cientos de trabajadores aguardan día y noche en las inmediaciones de la estación de autobuses.
Cáritas La Rioja, se encarga estos días de realizar una labor informativa con los propios temporeros y de sensibilización con los ciudadanos en general. Por eso, ha alertado de la presencia de “intermediarios ilegales” en esta campaña.
Desde la organización, aseguran que se trata de “personas que acuden a los agricultores preguntando cuántos trabajadores necesitan”, y una vez hecho este trámite van a recogerlos y los llevan a las tierras que trabajarán. El problema, afirman es que “el agricultor les paga a ellos -a los intermediarios-, y éstos se quedan con parte o con todo el jornal.
Por eso, Cáritas ha pedido “más presencia policial en las zonas en las que se congregan”. Y esta reivindicación no es única de la organización, ya que, los comerciantes de la zona de la Estación de Autobuses también piden lo mismo.
En este sentido, la propietaria de una mercería. Mihaela Stoian asegura que “aunque yo no he tenido problemas con ellos, es cierto que cuando salimos por la noche o entramos por la mañana da mucho respeto ver a tanta gente en el pasaje o en la estación durmiendo”.
Por otro lado, una dependienta de una tienda de golosinas, Mª Julia Codés ha explicado que “no es bueno generalizar, porque hay personas que están intentando trabajar para dar de comer a sus familias, pero también es cierto que ocasionan problemas”.
Esos problemas, ha detallado, “son la suciedad y algunos robos como el que sufrimos nosotros ayer, pues le pusieron un puñal en el costado a una empleada y le exigieron el dinero de la caja”. Es cierto que hay desbarajustes“.
Para Codés, “estaría bien que pusieran un punto de información fijo en la estación, para evitar que duerman aquí y sobre todo, deberían venir con un contrato, para que no vengan para nada”. Y es que, “ahora a los comerciantes nos ha creado mucha inseguridad, y pasamos miedo”.
Cáritas también ha solicitado a los agricultores que sean ellos mismos los que contraten a los temporeros a través de las distintas bolsas de empleo repartidas por la comunidad autónoma y que no acudan a ese tipo de intermediarios ilegales.
Ha detallado en un comunicado que, además, la organización informa a los temporeros de sus derechos, entre los que figuran un salario mínimo de 7,46 euros a la hora y el alojamiento a cargo de contratados.
Además, desde la organización aseguran que “es imposible hacer una estimación de cuántos temporeros han venido”, y por ello, afirman no saber si hay plazas suficientes para todos en los albergues que ofrece el Ayuntamiento que cuenta con “120 plazas en el polideportivo que está al lado de la estación y 40 o 50 plazas en el centro municipal de acogida”.