El martes se decidió celebrar una cumbre francoalemana, que precedería al encuentro que también, de urgencia, reúne este jueves a los Veintisiete. Una vez más, y no es la primera en un mes de julio de sobresaltos para el Euro, los países de la moneda común tienen que alcanzar un acuerdo para el segundo rescate griego. Las agencias calificadoras no perdonan y los mercados internacionales castigan. Por eso, Italia y España han pasado dos semanas en el punto de mira. Ambos países se han colocado en la cuerda floja por la falta de determinación del eje central europeo para determinar cómo se llevará a cabo el segundo rescate griego.
Y este fue el argumento que convocó extraoficialmente a Sarkozy en Berlín, donde fue recibido por una escéptica Merkel, a quien el FMI daba este miércoles un tirón de orejas para que no dejara pasar más tiempo. No en vano, Grecia ha salvado este mes una bancarrota, pero en septiembre vuelve a enfrentarse a otra. Lo que se discute este jueves y lo que se habló ayer no tiene que ver con los 70.000 millones de euros que el país heleno necesita para mantener apuntalada su economía, sino de qué modo se hará. Del encuentro del miércoles ha quedado claro que el sector privado entrará en juego, en contra de la opinión de algunos países europeos que temen por su situación y por el debilitamiento del Euro. Entre ellos, España. Por eso, cabe esperar que la ministra económica Elena Salgado se oponga a esta más posible salida para Grecia.
Sarkozy y Merkel, tras varias horas de reunión, se encontraron con Trichet, quien se unió por sorpresa al encuentro en la Cancillería de la capital alemana. Este debate a tres bandas, ya en plena noche, avivó los rumores de desavenencias y de la delicada situación por la que atraviesa la Unión Europea, golpeada una y otra vez por la crisis que no da tregua a la moneda común. Todo apunta a que Trichet vio con buenos ojos que el sector privado participe del rescate multimillonario griego. El BCE no tiene intención de hacer más sacrificios o de dejarlos hacer a lo público. El FMI también se habrá mostrado a favor de esta medida.
En uno u otro caso, lo que hoy se discutirá también son los plazos, puesto que al fin y al cabo lo que recibirá Atenas son préstamos a devolver. Y los intereses del primer rescate, ya no sólo griego sino también de Irlanda y Portugal es lo que ha puesto en tela de juicio que puedan reflotar sus finanzas. Los Veintisiete discutirán esta tarde acerca de potenciar una flexibilización de los fondos de rescate para que sea más llevadero pagar esta deuda. Y es que Grecia ya no puede recortar más. No le queda margen de maniobra para nuevos planes de ajuste presupuestario.
Además, es conveniente que salga un acuerdo de la reunión de este jueves, puesto que Italia y España necesitan, y por tanto también la UE, salir de la zona de riesgo. Todo pasa por solventar la situación griega y evitar que los mercados sigan insistiendo en que Atenas se declarará en suspensión de pagos. Si se logra alcanzar ese acuerdo, dentro de toda la hamalgama de propuestas que presentarán los países miembros, entonces es posible que se abra un período de respiro y las agencias calificadoras relajen la presión sobre las deudas soberanas española e italiana.
El peor de los escenarios, y esto es lo que se ha querido evitar, pasa por considerar que Grecia no puede pagar. Entonces, como ha advertido el FMI, el Sistema Internacional está en juego, por lo que aún entrando el sector privado en este segundo rescate, una cosa va a quedar clara: la UE relajará los plazos y los intereses de los préstamos. Posiblemente, revise también las condiciones de rescate irlandés y portugués.