La Audiencia Provincial considera probado que, en la Nochebuena de 2014 el acusado, que se encontraba celebrando la fiesta navideña con familiares y amigos, llevó a su mujer al dormitorio de ambos e intentó estrangularla con un cable. Una agresión que acabó cuando la policía, alertada por la hermana de la víctima, se personó en el domicilio.
El tribunal le condena a dos años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa con la eximente incompleta de embriaguez y la agravante de parentesco. También impone en el fallo la prohibición de acercarse a su mujer a una distancia de 200 metros y a comunicarse con ella por cualquier medio durante tres años.
La víctima no quiso denunciar los hechos ante los agentes de Policía y posteriormente renunció a cualquier acción penal. Durante el juicio alegó que no se trataba de una agresión sino de una práctica sexual.
Sin embargo, la Audiencia Provincial recoge los testimonios ofrecidos por los policías que acudieron aquella noche al domicilio de la pareja. Relata la sentencia que los agentes “cuando accedieron a la habitación que la hermana de la víctima les indicó, comprobaron que el acusado había puesto un cable alrededor del cuello de su mujer presionando sobre él mientras ella intentaba soltarse, además de llorar y pedir ayuda”. Uno de los agentes, tras requerirle que soltase a su mujer y negarse a ello, “consiguió meter la mano entre el cuello y el cable y romperlo, a pesar de la gran resistencia que ofrecía el procesado y así, de ese modo, consiguió evitar que asfixiase a su esposa”.
En la sentencia también se destaca que el acusado “se encontraba bajo los efectos de una grave intoxicación etílica, que disminuía sensiblemente su capacidad de comprender la trascendencia de los hechos que estaba llevando a cabo y de controlar sus impulsos, hasta tal punto que se quedó dormido en el vehículo policial mientras era trasladado a un centro de salud”.