El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, rechazó este martes la decisión del gobernador de Illinois de designar al ex fiscal Roland Burris para ocupar el escaño que dejó libre en el Senado tras su victoria en las elecciones, y volvió a pedir a Rod Blogjevich que renuncie a su cargo.
“Roland Burris es un buen hombre y un buen servidor público, pero la mayoría demócrata en el Senado ya aclaró hace varias semanas que no aceptaría un candidato designado por un gobernador que está acusado de vender este escaño en el Senado”, aseguró Obama en un comunicado.
Además, se mostró “extremadamente decepcionado” por la decisión del gobernador de designar a su reemplazo pese a que su propio partido le había pedido que no lo hiciera. Lo mejor, añadió Obama, sería que dimitiera para que el próximo senador sea nombrado a través de un proceso “legal” y “apropiado”.
La posición de Obama coincide plenamente con lo manifestado previamente por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, quien advirtió que la Cámara Alta no aceptará que ningún candidato propuesto por Blagojevich ocupe su escaño.
“No se trata del señor Burris ni de sus cualidades para ocupar el puesto. Se trata de la integridad de un gobernador (*) Ninguna persona designada por el gobernador puede ser un representante efectivo de Illinois y, como ya hemos afirmado, no permitiremos que se siente en la bancada demócrata”, añadió.
Blagojevich está siendo investigado desde hace varias semanas por la Fiscalía y el FBI por su presunta participación en una trama de corrupción relacionada, entre otros delitos, con un plan para intentar 'vender' al mejor postor el escaño de Obama en la Cámara Alta a cambio de beneficios personales.
“Por favor, no permitan que las acusaciones en mi contra salpiquen a este hombre bueno y honesto”, afirmó este martes en una sorpresiva rueda de prensa en Chicago el gobernador, quien ante las preguntas de los periodistas defendió la “integridad incuestionable” del ex fiscal Burris.
Por su parte, Burris dijo estar “ansioso” por empezar a trabajar en el Capitolio, que se sentía “orgulloso” de su carrera política y que no está involucrado en ninguna de las denuncias que pesan en contra del gobernador, aunque no quiso pronunciarse sobre si debería dimitir.